Sánchez entra en la semana de los indultos reforzado tras su intervención en el acto del Círculo de Economía de la semana pasada donde recibió la adhesión del empresariado catalán, al menos de aquel situado en torno al Círculo y la actual dirección de Fomento del Trabajo con Sánchez-Llibre al frente.
El gen de Unión Democrática se decantaba claramente por él y lo remataba un artículo a favor de los indultos y contra aquellos que los criticaban, de Duran en La Vanguardia. De todos modos esta alianza con los directivos de la extinta UDC ya hace tiempo que funciona en la figura de Espadaler y su fiel participación en las listas del PSC, que la ha convertido en consejero del gobierno fantasma de Illa.
Para acabar de redondear los soportes, los obispos catalanes también se pronunciaron a favor de los indultos e incluso otorgaron más relieve a la difusión de este hecho que no a su posición sobre la eutanasia. Sánchez reunía en torno suyo el apoyo del independentismo de Bildu y ERC, a los empresarios y a la Iglesia. Incluso el propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, le daba la mano, aunque posteriormente matizara sus favorables declaraciones.
La idea de fondo de todo es que los y indultos resolverán el problema catalán sin más matizaciones. La cuestión es si esta hipótesis se cumplirá o no. En todo caso es una evidencia de que el empresariado del Círculo se ha vertido en brazos de Sánchez buscando una alianza que ayude a recuperar el protagonismo económico de Cataluña, lo que no consiguió durante las dos legislaturas del PP. Hay, además el atractivo de los fondos europeos que Sánchez en una jugada de alto riesgo controla férreamente.
Este es el escenario en el que se centra la semana de los indultos, la actual, que comienza con un acto del presidente del gobierno este lunes por la mañana en el Teatro del Liceo. Una vez más la habilidad táctica del gobierno y de Iván Redondo corre el riesgo de caer en la sobreactuación. ¿Por qué hacer un acto para celebrar los indultos y precisamente en el Liceo, al que no acudirá nadie del gobierno de la Generalitat, dando así argumentos a quienes dicen que los indultos no servirán para casi nada, más allá de resolver dramas personales?
También ha provocado una reacción en la que el independentismo más duro se la juega porque el ANC, los reaparecidos CDR y la CUP han convocado concentraciones y manifestaciones en Las Ramblas. También en este caso sus protagonistas se la juegan porque si en este momento no consiguen una presencia masiva, querrá decir aquello de lo que muchos ya están convencidos, que el independentismo ya es un material que presenta graves síntomas de fatiga.
Los cambios de Sánchez, no sólo los indultos, sino la modificación de las figuras penales por las que fueron condenados los actuales presos catalanes y el hecho de que sean interlocutores políticos del gobierno, allanan el camino a Europa, para que las sentencias, tal como se produjeron, sean cuestionadas, lo que conllevaría un grave demérito para el estado y para la justicia española.
ERC acepta la foto con el rey para ir a continuación a reunirse con Puigdemont en Waterloo. Junqueras hace pública una carta favorable a los indultos y pactada con el gobierno español hasta la última coma, y cuando estos son irreparables, se deja entrevistar para poder declarar que aquella medida de gracia no es otra cosa que una debilidad del estado, lo que vuelve a dar argumentos al PP.
¿Hasta qué punto estos juegos de ida y vuelta darán lugar a una situación de normalidad política? El hecho es que los indultos no resuelven todos los problemas en el ámbito judicial, porque hay muchas otras personas pendientes de juicio o de sentencia a quien obviamente estos indultos no contemplan.
La semana tendrá dos fechas significativas, la del Consejo de Ministros del martes, con la aprobación de los indultos, y un insólito Consejo de Ministros extraordinario el jueves para aprobar la supresión de la obligatoriedad de la mascarilla en la calle. Una vez más la sobreactuación de Sánchez. ¿No podían aplicar esta sencilla medida el mismo martes? Claro, pero esta noticia habría tapado la de los indultos o viceversa y el gobierno prefiere utilizar la política como publicidad.
La última cuestión es si prosperará el recurso de Vox, lo que muchos expertos consideran inviable. Por razones jurídicas, pero también porque si este hecho se produjera y la justicia los invalidara, se produciría una desautorización extraordinaria del poder ejecutivo y se abriría una crisis de las instituciones de gran alcance.