Visto el balance final da que pensar ¿por qué han tardado tanto tiempo para llegar a unas soluciones que desde el principio parecían evidentes: presidencia para Aragonès, reproducción, a cargo de JxCat, del mando de los departamentos que habían sido de ERC cuando Torra ocupaba la presidencia, una solución medio salomónica para los fondos europeos y una vía de encaje por el consejo de la República.
Hay que decir que no es un buen augurio la tardanza, cuando todo era tan evidente, porque señala un problema de fondo que no es político, ni siquiera ideológico, sino de poltronas personales y luchas muy nominales por cuotas y puestos de poder. Porque la carta escondida en toda esta negociación son las 343 personas que corresponden a cargos de alto nivel, 151 de las cuales son personal eventual y, por tanto, que cambian en función de la circunstancia política.
Es mucha gente y es mucho dinero. La mayoría de ellas cobran por encima de los 60.000 euros al año. Concretamente, 236 se sitúan entre esta cifra y los 90.000 euros. Pero es que hay otro grupo de 38 personas que ingresan la fabulosa cifra de 90.000 a 100.000 euros anuales, y aun un grupo mejor de 23 personas que ingresan más de 100.000 euros. Como la mayoría de esta gente tiene cargos de los mismos partidos y áreas de influencia, su afectación crea problemas internos de complejidad enorme y esta es una cuestión que ha sido determinante a lo largo de todo el proceso. Una dinámica de este tipo es negativa para la calidad de los directivos políticos, porque son arrastrados de una consejería a otra en función de su rango político y no de los conocimientos sobre aquel ámbito en cuestión. La única excepción notable en este terrenos es sanidad donde, de hecho, ya se había producido el traspaso de ERC a JxCat al otorgar todo el poder al alto funcionario director del ICS, Josep Maria Argimon, de JxCat y que ahora será el consejero.
ERC ha logrado la presidencia, como era lógico, pero el partido de Puigdemont ha obtenido unos resultados abundantes. Controla el departamento de exteriores y eso quiere decir que este será uno de los brazos que tendrá el expresidente para hacer política internacional. El Consejo de la República, motivo de tantas trifulcas, ha encontrado una solución puente que permitirá con el paso del tiempo encajar con el nuevo organismo de dirección estrategia que se prevé.
La batalla de los fondos se ha resuelto de forma favorable también para JxCat porque formalmente estará controlada por el departamento de economía, si bien habrá una comisión paritaria para resolverlos. De todos modos las fotos, si es que hay muchas, se las llevará quien ocupe esa consejería, Elsa Artadi según las previsiones. Pero, la realidad indica que quizás en este ámbito tan decisivo las expectativas superen en mucho la realidad, porque el gobierno Sánchez no piensa otorgar ningún ápice de protagonismo y, por tanto, su control será férreo. Una prueba es que el gobierno español ya ha recurrido el decreto ley de la Generalitat, que pretendía agilizar la ejecución de los fondos europeos.
Ahora está abierta la negociación y será una primera piedra de toque de cómo irán las cosas entre el gobierno español y el gobierno Aragonès. Porque aquí habrá otra cuestión crucial, lo que han pactado es muy laxo. En el Congreso ambos grupos votarán unitariamente en todo lo que corresponde a la acción de gobierno, y actuarán de acuerdo con su criterio partidista en todo el resto de cuestiones. ¿Qué es y qué no es acción de gobierno? Para una fuerza que pretende la independencia será materia polémica, más cuando hay dos años para verificar si las relaciones con Madrid funcionan o no. Es el plazo que la CUP ha dado por pactar con ERC y que también servirá a JxCat para apretar las tuercas. Además, en Madrid hay un tercero en discordia que no existe en el Parlamento de Cataluña, que son los diputados del PDeCAT, que acaban de complicar más la cuestión. El gobierno español ya se ha apresurado a ofrecer iniciar la famosa mesa de negociación. Veremos lo que da de sí más allá de los indultos de cara al verano.
Si la pugna entre los dos socios es intensa y a menudo violenta, todo se complica aún más porque este gobierno depende del cumplimiento de dos pactos, el que firmaron Aragonès y Jordi Sánchez, y el que también está acordado por parte de ERC con la CUP, lo que da una fórmula bien extraña al gobierno, porque es un acuerdo que, sobre todo, obliga a uno de los dos socios y contiene cuestiones muy problemáticas, como es la moratoria de las energías alternativas.
El hecho de que hayan establecido un equipo de coordinación de la acción de gobierno para analizar cada semana el cumplimiento del pacto y, además, una comisión de seguimiento que se reunirá cada dos semanas con la misma finalidad, señala la debilidad del presidente de la Generalitat como jefe de gobierno. Todo hace pensar que estaremos una vez más ante dos entes gubernamentales que se coordinan o lo intentan sin una clara autoridad única en frente de todo, y eso en el funcionamiento y en la sociedad se hace notar.
Vuelve a crecer la máquina política y se incrementan los departamentos hasta la extraordinaria cifra de 14, que quiere decir secretarios y directores generales y más cargos de confianza. En definitiva, más gasto y más dificultad para coordinar la acción de gobierno. ¿Era necesaria una consejería de feminismos? (Obsérvese el plural). ¿No basta con considerar este hecho como transversal para todos los departamentos? Es una forma de alimentar la militancia que pagamos todos. También de entrada parece un error, que tendrá consecuencias, reunir en un solo departamento la cuestión ambiental con el sector agrario y pesquero, que es como mezclar agua y aceite, y seguro que provocará dificultades serias o bien con los ecologistas o bien con los campesinos y pescadores.
No es un buen augurio la tardanza, cuando todo era tan evidente, porque señala un problema de fondo que no es político, ni siquiera ideológico, sino de poltronas y luchas muy nominales por cuotas y puestos de poder. Share on X