En el debate electoral se han mezclado argumentos bien contrapuestos para señalar si Cataluña está en una fase o no de decadencia. Existen suficientes datos para constatar que la respuesta es afirmativa y los indicadores del progreso social así nos lo manifiestan.
Concretamente, el Índice de Progreso Social de la Unión Europea (SPI por sus siglas en inglés) nos permite conocer los indicadores de progreso social de las regiones europeas y, por tanto, los de Cataluña en relación con las otras comunidades españolas. Digamos, para empezar, que de entre las 272 regiones europeas, Cataluña ocupa el lugar 165 por su SPI. No es una buena posición, si consideramos que están todas las regiones de los países del este, del sur de Italia, Grecia y Portugal. Si lo comparamos con relación al lugar que ocupa por su PIB, el 58, constataremos el enorme desfase entre la capacidad de producir de Cataluña y el bienestar que es capaz de generar.
El indicador global se compone de 12 grandes apartados. En 7 de ellos presentamos un nivel peor que la media, sólo en 4 somos parecidos, y sólo en 1 ocupamos un lugar destacado, el de la salud y la alimentación. Pero eso era antes de la coronocrisis, porque ahora se han puesto de evidencia las limitaciones de nuestro sistema sanitario.
Descendiendo un paso más, si desglosamos aquellos 12 grandes apartados en 50 indicadores, en 26 estamos peor, en 20 igual, y en 3 obtenemos mejores resultados. Esta perspectiva, más ceñida y concreta, nos da un perfil de mayor definición. ¿En qué estamos mejor que el resto? Pues no es exactamente para tirar cohetes y confiar en nuestro futuro. Uno es la esperanza de vida que ahora con el coronavirus ha caído en picado. El otro es la tolerancia con los inmigrantes y la tercera es la aceptación de los homosexuales .
Es difícil pensar que de acuerdo con estos tres indicadores podemos construir un país próspero, más cuando en 26 de los indicadores vamos de capa caída, porque señalan aspectos tan fundamentales como la educación secundaria y el abandono escolar. En este ámbito ocupamos el lugar 250 y sólo tenemos 22 regiones europeas, muy pocas, menos del 10%, que están peor que nosotros. Por lo tanto, es evidente que uno de los grandes agujeros negros de Cataluña es su sistema educativo que se amplía a la situación de los nini, los jóvenes que ni estudian ni trabajan y a la educación continuada. Choca que este gran hándicap, que junto a la familia, que es la clave del capital humano, haya recibido tan poca atención en los debates de la campaña, por lo que se hace difícil pensar que saldremos del atolladero.
Otro flanco débil es la poca confianza en las instituciones. Esta es una clamorosa evidencia, pero no se trata sólo del gobierno de la Generalitat y del Parlamento, sino de sus equivalentes españoles. Señala también el mal estado del sistema judicial, lo que sabemos bien por su lentitud e ineficiencia. La falta de rendimientos de cuentas del gobierno y la corrupción son otros factores que alimentan este bloque temático. Y atención, porque señalan aquellos factores que son más determinantes para una buena dinámica económica: el capital humano, la sociedad del aprendizaje y el buen funcionamiento.
En otro orden de cosas, también quedamos mal parados en la vivienda, ocupa el lugar 182 entre las regiones europeas, y todo los relacionados con el medio ambiente, incluida la contaminación atmosférica, como es lógico, y el estado del agua y la depuración. Si esto no son indicios claros de decadencia, podríamos terminar de pulir el clavo y comparar nuestro SPI con el del resto de comunidades autónomas españolas, y si al hacerlo no nos cae la venda de los ojos, es que no tenemos perdón, porque somos la 12ª comunidad, junto con Valencia. Otros 11 están mejor, y sólo tenemos detrás nuestro Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha, Baleares y Canarias. Por cierto, Madrid ocupa, a pesar de todos sus desequilibrios sociales, que no son pequeños, el primer lugar con 70,2 puntos. Cataluña el puesto 12º con 63,7 puntos.
El SPI nos permite conocer los indicadores de progreso social de las regiones europeas y los de Cataluña en relación a las otras CCAA Share on X