Las restricciones impuestas por los gobiernos desde octubre causan una fuerte preocupación entre los comerciantes europeos de cara Navidad. Y es que en la temporada que se abre con el Viernes Negro ( Black Friday ), este año el 27 de noviembre, los comercios concentran hasta la mitad de las ventas anuales.
Los minoristas de toda Europa piden con insistencia a los gobiernos respectivos que se relajen las restricciones durante las próximas cuatro semanas. Según Eurocommerce, la asociación de comerciantes europeos, este periodo supone entre el 20 y el 50% de las ventas anuales.
El director general de esta entidad, Christian Verschueren, afirma que los minoristas de menor talla deberán «luchar por su supervivencia» en caso de que los períodos de confinamiento se alarguen.
Según afirma, algunos miembros de Eurocommerce prevén que un 30% de las tiendas de ropa, particularmente dependientes de la temporada navideña, cierren sus puertas si no se relajan las restricciones.
En Alemania, por ejemplo, la inmensa mayoría de los 3.000 mercados navideños que cada año se celebran en el país se han anulado.
En Francia, la situación es particularmente complicada. Allí, el gobierno ha impuesto un nuevo confinamiento y ha obligado cerrar todas las tiendas consideradas no esenciales.
La medida ha venido acompañada de facilidades para hacer pedidos por internet e ir a recoger el producto en la entrada del establecimiento. Pero esto no ha convencido lo más mínimo a los pequeños comerciantes, que deben hacer frente a la competencia de los gigantes del comercio electrónico. Estos se mueven, en el extremo opuesto de los comerciantes, en un entorno particularmente propicio.
De hecho, en Francia, la presión política, mediática y empresarial ha sido tan grande que el gigante norteamericano ha accedido a retrasar una semana las promociones de su Black Friday virtual, del 27 de noviembre al 4 de diciembre.
Perdedores y ganadores
Las ventas de los minoristas de la eurozona cayeron un 21% entre marzo y abril, durante el momento más duro del primer confinamiento. Enseguida repuntaron a medida que el verano llegaba y las restricciones se relajaban.
Sin embargo, las ventas en toda la eurozona empezaron de nuevo a mostrar signos de debilidad a partir de septiembre. Según el Financial Times, muchos economistas esperan que el impacto de la segunda ola del virus de este otoño tenga un efecto más devastador que la primera .
De hecho, el índice de confianza de los consumidores de la UE en noviembre, publicado el viernes 20, se situó en su nivel más bajo desde mayo.
En Italia, la asociación de consumidores Codacons prevé que las compras de Navidad sean de media un 15% inferiores a las del año pasado.
No solamente las compras totales serán menores, sino que la crisis sanitaria podría tener un impacto en el tipo de productos que los consumidores adquieren.
La empresa de investigación GfK prevé un incremento notable de compras en línea de equipos informáticos y gadgets para seguir el rendimiento físico.
Fnac Darty, el gigante francés de los libros, música y electrónica, prevé pues desenvolverse bien del segundo confinamiento. El hecho de que sus tiendas puedan seguir abiertas para hacer compras «esenciales» y recoger pedidos hechos en línea les ayuda.
En cualquier caso, los grandes ganadores han sido las plataformas de comercio electrónico. Los pedidos por internet han experimentado este año su incremento anual. Amazon France ha aumentado sus ventas entre un 40 y un 50% desde que el nuevo confinamiento comenzó a finales de octubre.
A pesar de las malas noticias para los pequeños comerciantes, se espera que los recientes anuncios de los avances hechos en las vacunas contra la Covid contribuyan a aumentar un poco la moral de vendedores y consumidores de cara el mes de diciembre.