Los pactos socialistas desvirtúan su papel de eje en Cataluña

Ya se hace difícil entender que el PSC pueda representar la centralidad y pactar con los partidos del catalanismo, atendiendo a su pacto y sobre todo actitud en el Ayuntamiento de Barcelona, ​​donde su personalidad política ha quedado perfectamente absorbida por Ada Colau, que en definitiva es quien hace y deshace con una política profundamente ideológica que perjudica claramente la reanudación de la ciudad.

Por si fuera poco, la negociación por los presupuestos en Madrid ha supuesto la formación de una coalición de gobierno, una coalición de estado como declara Pablo Iglesias, con el pacto explícito con Bildu y con ERC. Hay que recordar que reiteradamente Sánchez había manifestado, como lo constatan las hemerotecas, que nunca llegaría a ningún acuerdo con Bildu. Hay una razón sustancial para esta actitud: EH-Bildu, que Iglesias incluye en » la dirección del estado«, no sólo es heredera de Herri Batasuna, y por tanto de la cobertura política de ETA, sino que a estas ahora no ha querido aún condenar las muertes que cometió aquella organización. La actualidad de la serie emitida por HBO Patria, De una altísima calidad cinematográfica, y que recoge con fidelidad el libro del mismo título de Fernando Aramburu, muestra con rotundidad el clima de terror creado hasta hace pocos años en el País Vasco. De este clima Bildu tiene como mínimo la responsabilidad moral y debe distanciarse, lo que no hace. Pero al partido socialista le es indiferente mientras le dé apoyo. Esta alianza de hecho ya tuvo un precedente en el gobierno navarro, porque su presidenta del PSOE lo es gracias a la colaboración de aquella organización. El hecho de que además a esta mayoría se le añada ERC, configura un bloque político sólido, Podemos-Comunes-ERC-Bildu, que es el fundamento de la continuidad de Sánchez al gobierno, dado que son sus votos los que garantizan la mayoría necesaria para gobernar. No tiene mucho sentido reclamar líneas rojas en relación con Vox, que en definitiva es un partido que se mueve en el marco de la Constitución y la asume, a pesar de sus exabruptos, y a la vez declarar  miembros de la dirección del estado a Bildu y ERC que tienen la voluntad expresa de derribarla.

En este contexto querer presentar las elecciones en Cataluña y las alianzas electorales aquí como si fuera un universo aparte, que nada tiene que ver ni con la capital catalana ni con Madrid, es querer fabricar un perjudicial universo Matrix, al igual que, con otra escenografía, ha estado haciendo el independentismo. La consecuencia práctica de todo ello es el alejamiento de la política de la realidad cotidiana y de la centralidad.

No hay ningún país de Europa que en plena pandemia el gobierno desarrolle políticas divisivas que generan un profundo antagonismo, como hace Sanchez en España con la ley de educación, de la eutanasia, de la memoria histórica y la ley de las personas trans . Quizás el único equivalente, y una vez más se produce este paralelismo, sería el caso de Orban en Hungría, con la diferencia de que este primer ministro centroeuropeo gobierna con una amplísima mayoría absoluta fruto del gran apoyo electoral de los húngaros.

Con esta perspectiva es muy posible que estas elecciones, que cada vez más se perfilan como unas elecciones de transición a un nuevo escenario político postcovid, el voto de la centralidad en Cataluña no tendrá una opción clara de hacia donde ir.

Creus que és coherent l'actitud del govern català d'autoritzar primer i desqualificar després la celebració de l'acte de beatificació de Joan Roig a la Sagrada Família?

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