La evolución de las transacciones comerciales con tarjeta de crédito realizadas durante los últimos días que proporciona el sistema Pulso permite seguir en tiempo casi real la situación de las diversas comunidades autónomas y ciudades españolas.
Ateniéndonos a los últimos datos, y centrados en el ámbito autonómico, se puede observar que hay tres comunidades que presentan las peores situaciones: Baleares, con el 49% de recuperación de la actividad comercial de hace un año, Madrid (59%) y Canarias (66%). Como se puede constatar, lo que se registra es el impacto turístico en las comunidades que tienen su base económica en esta actividad, y también el caso excepcional de Madrid. Hay un segundo grupo que aún está lejos de haber llegado a la normalidad y se sitúan en torno al 75% de la recuperación comercial: a duras penas Andalucía (70%), Galicia (76%), Cataluña (77%) y Valencia (78%). Por lo tanto, Cataluña no está obviamente en la peor situación, pero todavía está lejos de los registros más extendidos en España porque el resto de las CCAA se sitúan entre el 85% y algunas prácticamente ya al 100%, como Extremadura (99%) y Aragón (95%). El País Vasco también nos lleva una notable distancia porque se ha recuperado hasta el 85%.
Pero si de esta visión autonómica global observamos los principales componentes territoriales, podemos ver que el problema en Cataluña se llama Barcelona, porque la ciudad está situada sólo en el 58% de su actividad hace un año. Dado que el peso económico de Barcelona sobre el conjunto es tan alto, es evidente que esta dificultad de la ciudad para recuperarse es la causa principal de que Cataluña no se sitúe en el nivel de recuperación de la mayor parte de las autonomías españolas y por tanto por encima del 80%.
Esta situación de Barcelona sólo tiene equivalente con Madrid que, como ya hemos apuntado en otra ocasión, está al 59% por la contundencia de la segunda ola en la capital española. Pero estamos lejos del resto de otras capitales.
En otras palabras, Barcelona es el problema catalán y, de hecho, por extensión, uno de los problemas españoles por el peso que Cataluña tiene en la economía de todo el estado. Si el ayuntamiento se muestra como hasta ahora, incapaz de adoptar medidas al nivel del problema, esta cuestión debería plantearse en ámbitos de los poderes públicos superiores. Asimismo, todos los partidos del consistorio que no forman parte del gobierno, que es minoría, deberían superar sus diferencias y aplicar la mayoría de la oposición para configurar un gobierno capaz de hacer frente a la magnitud de la crisis.
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