En plena epidemia de coronavirus y a cuatro meses de las eleccions, parecería esperable que el presidente de los Estados Unidos ampliara distancias con su rival demócrata. Joe Biden hace campaña desde el sótano de su casa en una cuarentena autoimpuesta, mientras que Donald Trump dirige un país en crisis.
Sin embargo, la impulsividad que le caracteriza parece estar pasando factura a Trump desde hace unos meses. Primero debido a la pandemia y después por las protestas a raíz de la muerte de George Floyd.
El problema no es su popularidad, permanentemente estancada en torno al 40-45% – 39% según el último sondeo. La cuestión es que su rival lo avanza ahora con amplios márgenes en todas las encuestas. La diferencia alcanza los 14 puntos porcentuales según un sondeo del New York Times / Siena.
Entre los estados indecisos, los llamados «swing states», varios que fueron clave en 2016 para Trump, como Pensilvania, Michigan o Wisconsin, aparecen ahora como demócratas. Biden avanza a Trump incluso en Texas, donde ningún demócrata ha resultado vencedor desde los tiempos de Jimmy Carter.
«Si las elecciones en los Estados Unidos tuvieran lugar hoy, parece evidente que Joe Biden sería elegido presidente de forma confortable», concluye Whit Ayres, un republicano experto en encuestas.
Pero la cuestión no es esa, sino si Biden puede considerar asegurada su elección a cuatro meses de los comicios.
Ante la pregunta crucial, todo el mundo renuncia a augurar la victoria segura del demócrata. Según un sondeo del mismo New York Times horas antes de las presidenciales de 2016, Hillary Clinton habría ganado a Trump por un amplio margen.
Como Ayres afirma, las cosas pueden cambiar muy rápidamente en el panorama político: «en política, cuatro meses equivalen a un par de años luz».
Primeramente, hasta ahora Biden se ha avanzado en los sondeos por desafección a Trump. Pero una vez que los dos candidatos se pongan a hacer campaña, el republicano podría capitalizar fácilmente las frecuentes meteduras de pata del demócrata. Una de las últimas ha sido declarar a un afroamericano que «si tienes un problema para decidir si estás conmigo o con Trump, entonces no eres negro».
Más allá del factor Biden, el senador republicano John Barrasso de Wyoming piensa que el resultado estará fuertemente condicionado por la rapidez de la recuperación económica. Y en este ámbito, los estadounidenses confían más en Trump que en Biden para enderezar el país, según cita el Financial Times.
Sobre el primer mitin electoral que Trump celebró en Tulsa en un estadio medio vacío, Barrasso apunta que la cadena Fox, que retransmitía en directo el acto, tuvo en cambio una audiencia récord.
Otra área donde Trump sigue siendo más fuerte que Biden es en entusiasmo de los votantes. Los sondeos apuntan a que la base del republicano está más ilusionada que la del demócrata, que ya fue exvicepresidente de Barack Obama.
Si bien no permiten inclinar en ningún sentido la balanza, estos signos dejan entrever una campaña electoral ardua, y posiblemente atípica por el impacto duradero del coronavirus antes de la llegada de la vacuna.
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