El dato se ha hecho público y aunque los responsables del estudio consideran que era previsible, no deja de ser preocupante: si posteriores aportaciones no lo rectifican, sólo el 5% de la población estaría inmunizada; como mucho 2,5 millones de habitantes. Al otro lado de la ecuación, los muertos: 27.000. Y el resultado es una regla de tres contundente. Si con 2,5 millones de infectados hemos alcanzado esa cifra de defunciones, ¿qué pasará cuando la inmunidad sea del 10%?
Con las cifras actuales, está claro que la mortalidad se sitúa un poco por encima del 1% de la población que ha pasado la enfermedad. Es una cifra claramente menor que la que apareció publicada a partir de una revisión de 120.000 casos diagnosticados de Covid-19, que situaban la mortalidad en el 4%. Es una buena noticia que sea más pequeña, pero hay que observar unos hechos adicionales.
El primero es que la cifra real es mucho más alta, dado que en aquellos 27.000 no están incorporados los muertos en las residencias, que son muchos, tal vez 13.000, aunque el gobierno sigue sin dar información sobre este punto. A estos habría que añadir los que han muerto en su casa para que no fueron trasladados al hospital y que prácticamente corresponden a personas mayores. Y aún quedaría un tercer componente formado por los muertos colaterales; es decir, aquellos afectados por otras patologías y que el Covid-19 impidió que recibieran la asistencia necesaria.
Todo ello hace que aquella cifra de 27.000 pueda crecer mucho. Por ejemplo, según los datos que han sido reclamados por los tribunales superiores de justicia de las dos Castillas, las muertes registradas en Castilla y León son un 107% y las de Castilla-La Mancha un 85% más altas que la cifra oficial. Estos dos casos concretos no tienen por qué extrapolarse al conjunto de España, pero sí avalan, como una hipótesis razonable, considerar que la cifra de muertos es un 60% más alta que la oficial, lo que nos situaría en torno o un poco por encima de los 40.000 muertos y la mortalidad crecería con la misma proporción y tendería a acercarse al 2%.
Si posteriores aportaciones no lo rectifican, sólo el 5% de la población estaría inmunizada; como mucho 2,5 millones de habitantes Share on XLos futuros contagios no tienen por qué presentar una relación de la misma magnitud. Con certeza serán menores. Primero porque previsiblemente la asistencia a los críticos y en la UCI será más desahogada y contará con más medios. También porque no se producirán situaciones como las de los muertos en las residencias y en casa, y también serán muy inferiores las restricciones sobre los enfermos de otras patologías, y por tanto mejorará su tasa de defunciones. Sin embargo, doblar la cifra de contagiados y alcanzar el 10% podría reportar no menos de 20.000 nuevas defunciones entre ahora y el mes de enero.
Este es el panorama que exige por parte de las administraciones públicas una respuesta mucho más eficaz y precisa que las aportadas hasta ahora, si no se quiere que el año termine con 50.000 o 60.000 muertes reales.
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