La presidenta de la nueva Comisión Europea, Ursula von der Leyen ha prometido que será una Comisión «geopolítica».
Las seis prioridades de la nueva Comisión Europea son las siguientes:
- Pacto Verde Europeo. Lo hemos comentado en un post anterior. Se trata de convertirse en el primer continente climáticamente neutro. Esto es considerado el reto y la oportunidad más grandes de nuestro tiempo. Para ello, la Comisión ha propuesto el Pacto Verde Europeo (Green Deal), un ambicioso paquete de medidas que deben permitir que las empresas y los ciudadanos europeos se beneficien de una transición ecológica sostenible. Las medidas van desde una reducción drástica de emisiones hasta la inversión masiva en investigación e innovación con el fin de preservar el entorno natural del continente. El Pacto Verde traza el camino hacia una transición justa y socialmente equitativa y pretende ser una nueva estrategia de crecimiento de la UE.
- Una economía que funcione en pro de las personas. Los ciudadanos y las empresas de la UE sólo pueden prosperar si la economía trabaja para ellos. La economía social de mercado de la UE permite a las economías crecer y reducir la pobreza y la desigualdad. Es esencial reforzar las pequeñas y medianas empresas, que constituyen la columna vertebral de la UE. Hay que completar la Unión de Mercados de Capitales y profundizar la unión económica y monetaria.
- Una Europa adaptada a la era digital. Estamos viviendo una verdadera revolución digital, ante la que hay que actuar en cuatro ámbitos: a) Protección de datos. Reformar las normas de protección de datos para dar a los ciudadanos el control de sus datos personales y ayudar a las empresas. Garantizar que los países no pertenecientes a la UE protejan también los datos personales de los ciudadanos de la UE. b) Mejorar el acceso de los consumidores y las empresas a los bienes on line. Ayudar a convertir el mundo digital de la UE en un mercado uniforme y sin fisuras para la compraventa. c) Un entorno en el que puedan prosperar las redes y los servicios digitales. Elaborar normas que se ajusten al ritmo de la tecnología y apoyen el desarrollo tecnológico. d) El sector digital como motor del crecimiento. Garantizar que la economía, la industria y el empleo de Europa se beneficien plenamente de la digitalización.
- Promoción de nuestro sistema de vida europeo. Una Europa que proteja debe defender también la justicia y los valores fundamentales de la UE. Las amenazas contra el Estado de Derecho ponen en entredicho la base jurídica, política y económica de la UE. Se quiere una UE de igualdad, tolerancia y justicia social. También se necesita un nuevo comienzo en materia de migración. Unas fronteras fuertes, la modernización del sistema de asilo y la cooperación con países implicados son esenciales en este nuevo comienzo.
- Una Europa más fuerte en el mundo. La Comisión Europea defiende el multilateralismo y un orden mundial basado en normas a través de un papel más activo y una voz más firme de la UE en el mundo. Se requiere una agenda comercial sólida, abierta y justa que convierta Europa en un lugar atractivo para las empresas, es clave reforzar el papel de la UE como líder mundial, garantizando al mismo tiempo las normas más estrictas en materia de clima, medio ambiente y protección laboral. La Comisión busca un enfoque coordinado de la acción exterior, desde la ayuda al desarrollo hasta la política exterior y de seguridad común, que garantice una voz más fuerte y unida de Europa en el mundo.
- Un nuevo impulso a la democracia europea. La Conferencia sobre el Futuro de Europa se convocará el año 2020 y terminará en 2022, con una amplia participación de la ciudadanía europea. Las conclusiones de la Conferencia se implementarán a partir de 2022. Se pretende lograr una mayor participación de los ciudadanos europeos en la toma de decisiones de las instituciones, buscar más transparencia y control y perfeccionar la democracia europea.
Por otro lado, ante la desconexión geoestratégica de Europa iniciada por el presidente Trump, las amenazas de la Rusia de Putin, la asertividad de China y el creciente desorden geopolítico a nivel global, recientemente se han levantado prestigiosas voces políticas europeas para reclamar una nueva orientación de la política exterior y de defensa europeas. Merkel ha declarado que «ya es hora de que Europa tome su destino en sus manos». Macron ha pedido una defensa autónoma europea «para poder defendernos de Rusia, de China e incluso de Estados Unidos». El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Mass, ha escrito que «una Europa fuerte y soberana es la respuesta a la hostilidad de Trump». Enrico Letta, ex-primer ministro de Italia, ha declarado que «si no avanzamos hacia la unión política, los países europeos, dentro de diez o quince años sólo tendrán, uno a uno, la opción de decidir si quieren ser colonia de China o de Estados Unidos».
Es en este contexto que la presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen ha prometido que la nueva Comisión será «geopolítica». Su vicepresidente y alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, lo expresó así: «Ha llegado la hora de que Europa aprenda a utilizar el poder«.