La encuesta de población activa (EPA) publicada ahora mismo por el INE aporta, por un lado, una información positiva para el conjunto de España, pero a la vez muestra aspectos preocupantes de la dinámica económica de Cataluña.
La dimensión positiva es muy clara: la ocupación a finales de 2019 ha sido mucho mejor que la esperada. De hecho, ha registrado, en términos de EPA, que no de afiliaciones a la Seguridad Social, una diferencia que no hay que perder de vista, el mejor resultado para el cuarto trimestre del año desde 2006, por lo que la ocupación al final del año en relación con el anterior se había reducido 1,12 puntos porcentuales, quedando situada en el 13,78 y llegando a una ocupación que ya casi alcanza los 20 millones de personas.
Está claro que el paro sigue por encima de los 3 millones y somos el penúltimo país de Europa con la mayor cifra de personas sin trabajo, sólo superado por Grecia. El contraste de España con países del ámbito de la Europa central y oriental, como Polonia y Hungría, que presentan un paro poco por encima del 3%, es simplemente espectacular. Estos buenos datos de los últimos meses del año, sin embargo, no cambian el balance que para el conjunto del año se ha ralentizado el crecimiento del empleo.
Si de España pasamos a Cataluña, el panorama es muy diferente, porque prácticamente la tasa de paro en el último cuatrimestre no se ha movido en relación con el año anterior y se situó en el 10,45%, reduciéndose el 0,15%. No sólo eso, sino que quedamos fuera del grupo de comunidades con paro por debajo del 10% (Aragón, Baleares, Madrid, Navarra, Euskadi y La Rioja). Estamos, por lo tanto, lejos de ser un motor en la recuperación económica, como históricamente siempre habíamos sido. Cataluña recuperaba más rápido que la mayoría de los demás territorios los empleos perdidos durante el período de crisis.
Y todavía hay un dato que debería alarmar a los grupos dirigentes de la economía catalana y, por supuesto, al gobierno. Madrid ha concentrado ella sola el 35% de todos los puestos de trabajo creados en 2019. La capitalidad económica del estado ha pasado a manos de Madrid a través de un proceso que no ha comenzado ahora, pero sí que se ha acentuado muchísimo en los años del procés.
Estos datos negativos pueden complementarse con otros que también despiertan preocupación. El escaso peso que tiene la gran empresa en Cataluña. Concretamente, las razones sociales de más de 5.000 trabajadores son sólo un 14% del total español, cuando en población significan el 16% y en PIB algo más del 19%. Pero no es la cifra lo que más preocupa, sino la evolución en relación con la dinámica española. En 2008 Cataluña tenía 18 empresas de aquella dimensión, por un total español de 112. El 2019, digamos una década más tarde, la cifra catalana prácticamente no se ha movido, estamos en las 19, mientras que la española ha crecido hasta a las 146. Es más, en 2017, cuando se inició el escenario más crítico del procés, el número de empresas catalanas era de 23 por sólo 118 las españolas. Representaban el 19% que es, como se ha apuntado, la proporción que corresponde al peso económico. Por tanto, en estos dos últimos años hemos perdido gran empresa y ha ganado en mucha mayor medida el resto de España.
¿Por qué es tan importante la dimensión empresarial? Pues por una razón fundamental. Porque está estrechamente vinculada a la productividad, que es el gran estrangulamiento que sufren tanto la economía catalana como la española. Sin empresas de una determinada dimensión es muy difícil que la productividad pueda mejorar. Evidentemente no es la única condición, el gasto en I + D y la transferencia de conocimiento al sector privado, el grado de formación de los trabajadores, el rendimiento escolar, son otros factores. Pero considerando que, en todos estos excepto el de la investigación nuestra situación es tan penosa como la española, el marco empresarial se convierte en un factor determinante.
1 comentario. Dejar nuevo
RECUERDO QUE EL PRESDIENTE DE LOS EMPRESARIOS ALEMANES EN CATALUÑA DIJO AL PREDIDENTE DEL PARLAMENT:»SI NOS TOCAN LAS NARICES CON LA CONSTITUCION , NOS VAMOS.».