El resultado de las últimas elecciones generales provoca estas o parecidas reflexiones:
- Triunfo claro de los moderados: los españoles han votado por la moderación. Lo que se manifiesta en:
a) La victoria de la propuesta moderada del Partido Socialista.
b) El rechazo de los radicalismos:
- Del radicalismo de la propuesta del Partido Popular.
- Del radicalismo de los dirigentes de Unidas-Podemos.
- Del radicalismo de Vox
- Constatación de que los nacionalismos catalán y vasco están aquí para quedarse, por lo que no se puede pensar en gobernar España prescindiendo de estos nacionalismos o fiándolo todo a su represión violenta. Habrá que negociar con ellos.
- El próximo gobierno tendrá que proponer un programa moderado que afronte estos problemas:
a) Un problema estructural: El “problema catalán”.
b) Varios problemas de fondo muy graves:
- Deuda pública y déficit.
- Paro.
- Pensiones.
- Enseñanza.
- Plan energético.
4. No podrá afrontarse ninguno de estos problemas con solvencia y posibilidades de éxito si el Gobierno que se forme no es fuerte.
a. Lo normal y aconsejable sería formar un Gobierno de coalición entre partidos de centro-derecha y de centro-izquierda (en Alemania, por ejemplo, así se haría), pero esta solución no parece posible en España, pese a que debe insistirse en que ninguno de los problemas señalados –ni el estructural ni los de fondo- pueden resolverse sin un principio de acuerdo entre izquierda y derecha. Las causas por las que es hoy improbable, por no decir imposible, un Gobierno de coalición son dos:
- Ciudadanos ha dicho reiteradamente que no lo quiere.
- El Partido Popular y Unidas-Podemos tienen sendos programas radicales que han sido rechazado mayoritariamente por los españoles.
b. Ante la imposibilidad de formar un Gobierno de coalición (que es lo que exigirían la gravedad y la urgencia de los problemas que España tiene planteados), se tendrá que formar un Gobierno monocolor socialista, que deberá buscar pactos de legislatura o puntuales.
5. Los pactos parlamentarios (estables o no) a los que llegue el Partido Socialista no deberían sobrepasar ninguna de estas líneas rojas:
- No admitir, ni tan siquiera de un modo indirecto, la negociación sobre el derecho de autodeterminación, ni tampoco la aplicación del artículo 155 de la Constitución como única forma de afrontar la cuestión catalana.
- No asumir el cuestionamiento –aunque sea sólo implícito o indirecto – de la Monarquía como clave del régimen.
- No pactar con quienes sigan promoviendo desde dentro de las instituciones el enfrentamiento civil y la erosión del Estado.
6. Lo conclusión de todo cuanto antecede se resume en una sola frase: Es la hora de los moderados
Mayo 2019