Según los datos recién publicados por la OCDE, el sindicalismo se encuentra en una grave crisis. La razón es el mínimo histórico de afiliados, inferior al 14% de los asalariados, el nivel más bajo desde 1990. La proporción de trabajadores que forman parte de organizaciones sindicales no ha dejado de caer con suavidad, pero de manera continua, desde de principios de la década.
Esta falta de apoyo de la representación social por parte de los trabajadores es cada vez mayor en Occidente. En 2018, alrededor de 82 millones de trabajadores pertenecían a un sindicato. Así, la media del club de 36 países industrializados se sitúa en el 16% y refleja una erosión significativa en el porcentaje de trabajadores que pertenecen a una organización sindical. El mismo informe señala la gran diversidad de la implantación de los sindicatos entre los países miembros de la OCDE. La denominada «densidad sindical» oscila entre el 4,7% de Estonia y el 91% de Islandia.
El documento muestra también que «es pequeña» la contribución de los cambios demográficos en la composición de la fuerza laboral. Además, concreta que existe una caída de la cobertura de trabajadores con convenio colectivo. Unos 160 millones de asalariados están cubiertos por la negociación colectiva, los países del organismo que dirige el mexicano José Ángel Gurría, ya sea por acuerdos estatales, autonómicos, regionales, sectoriales o de cada empresa. Esto supone una tercera parte de los asalariados, mientras que en 1985 la media se situaba en el 46%.
La estabilidad, en cambio, ha marcado el devenir de las asociaciones empresariales. Así, los últimos datos disponibles señalan que casi seis de cada diez empleados están trabajando en una empresa que forma parte de una organización empresarial. Por este motivo, la OCDE hace hincapié en la importancia para el mercado laboral en muchas economías de la negociación colectiva y la participación de los trabajadores en las decisiones de las empresas. Está demostrado que con el aumento del entendimiento entre los empresarios y los representantes de los trabajadores surgen ventajas para ambas partes.