De nuevo la sociedad española se prepara para elegir a sus representantes parlamentarios, con una mezcla de esperanza y escepticismo , ante la incapacidad de encontrar soluciones prácticas a los problemas de los últimos tiempos.
Si la política se entendía como arte de lo posible, la tozudez de los imposibles no parece llevar a los ciudadanos a renunciar a soluciones extraordinarias o inesperadas, casi taumatúrgicas. Da la impresión de que resucita una manera arbitraria de hacer española, en tantos ámbitos de la existencia: hasta un chaval de primaria habla hoy de lo que deberían hacer Zidane o Valverde para resolver la crisis de sus equipos.
El Estado Español ya no es diferente . Mi impresión es que en el mundo, al menos en occidente, se buscan desesperadamente soluciones rápidas y elementales a problemas muy complejos.
La cultura audiovisual , acelerada con las continuas innovaciones técnicas, lleva al predominio del sentimiento sobre la razón, como tantas veces se ha escrito. La inmediatez y rapidez de las sensaciones, casi como las crecidas tras una gota fría, niega la paciente capacidad de esperar. Se necesitan soluciones ya!