Sin lugar a duda el año 2020, tan desgraciado en muchos aspectos, habrá sido el mejor año en la historia de CaixaBank, Criteria, el grupo que tiene la mayoría en la institución bancaria, y la Fundación La Caixa, que es la pieza central en todo este entramado, y además con la singularidad de que es una pieza de una muy gran irradiación social. Es un ejemplo de cómo la eficiencia económica y la rentabilidad empresarial no están reñidas con una contribución efectiva al bienestar de las personas más allá de las responsabilidades empresariales.
La fusión con Bankia, ahora ya definitivamente encarrilada, se configura como lo que en realidad es: una absorción del banco de Madrid por parte de CaixaBank, como así lo declara el hecho de que este será el nombre de la entidad resultante. Ya se ha escrito ampliamente sobre la repercusión de la nueva entidad en el tablero del mundo de las finanzas, no únicamente español sino también europeo, dado que se sitúa en décimo lugar en este ámbito. También se refirió a las ventajas que le generará en economías de escala, aunque aquí deberá trastear con la siempre ingrata tarea de reducir personal, si bien en la práctica habitual de CaixaBank las soluciones han acostumbrado a ser siempre muy positivas. 630.000 millones de euros será la cifra de activos de la nueva entidad, y de entrada dará empleo directo a la extraordinaria cifra de 51.500 personas.
La integración quedará completada con toda probabilidad el primer trimestre de 2021, que será también cuando comenzará a cotizar en bolsa como una entidad única. El Consejo de administración estará formado por quince miembros y al menos inicialmente habrá una presencia importante, si bien claramente minoritaria, del FROB, en definitiva, del gobierno español, principal accionista de Bankia. Pero el peso de La Caixa será determinante con diferencia, ya que se situará ligeramente por encima del 30% y, por lo tanto, tendrá la mayoría de consejeros además de la figura del consejero delegado en la persona de Gonzalo Gortazar.
Con esta operación financiera Isidre Fainé culmina una trayectoria excepcional desde el punto de vista empresarial bancario, y también, lo que a menudo no se tiene en cuenta, social, porque es gracias a él que existe una entidad tan singular como la Fundación la Caixa, que ha hecho pervivir y ha multiplicado la obra social, que era una característica específica, hoy perdida, de las cajas de ahorro y que es totalmente ajena a la filosofía de los bancos, que sólo tienen en cuenta el beneficio de sus accionistas. Sin duda esto es con diferencia lo más importante, pero el año también se cierra con un nuevo mérito para CaixaBank, porque ha sido elegido mejor banco digital en banca de particulares en España en el World’s Best Bank y World’s Best Digital Bank Awards de la revista estadounidense Global Finance. También la APP CaixaBankNow ha sido elegida por tercer año consecutivo mejor aplicación móvil de la banca de particulares en Europa. En mayo pasado ya fue elegida como el mejor banco en España y en Europa Occidental en banca de particulares como consecuencia de su crecimiento y solidez financiera e innovación en sus servicios. Este liderazgo en innovación y también en el ámbito digital es particularmente importante en este nuevo periodo que ha comenzado con la pandemia, y que otorga importantes ventajas competitivas a aquellas empresas que tienen un mayor y más eficaz desarrollo digital.