Sound of freedom, película basada en hechos reales

El tema de la pederastia no está cerrado. Todos los medios de comunicación, a excepción de algunos, o no hablan o sólo hablan de la pederastia en la Iglesia católica que -como es sabido- sólo representa un 3% del total de esta execrable lacra social.

La pederastia tiene muchas ramificaciones y muchas formas diferentes de llevarla a cabo. Una de éstas es el tráfico de criaturas para después venderlas y utilizarlas para lo que sea necesario (venta de órganos, prostitución de menores, abuso sexual, burdeles de lujo…), ya que es un gran negocio a escala mundial . EEUU es el consumidor number one de sexo de niños en todo el mundo.

En Estados Unidos hay una red que cada año hace que «se pierdan» miles de criaturas de países sudamericanos, niños y niñas, sin que se sepa porqué ni dónde van a parar. Muchos padres (Honduras, México, Guatemala, Colombia…) envían a sus hijos a EEUU pensando que tendrán una vida mejor que la suya. Cuando llegan la administración americana les registra y les encomienda a un «tutor». Cuando alguien va a ver cómo está esta criatura resulta que… ¡no está! ¡Se ha perdido…! ¡En los últimos dos años se han «perdido» 85.000!

La película

Eduardo Verástegui y Alejandro Monteverde, mexicanos, productor y director de películas, han sido capaces de filmar Sound of freedom, una película, basada en hechos reales, que denuncia esta lacra. La película terminó de rodarse en el 2018 y la Fox estaba de acuerdo en distribuirla. Pero cuando la Fox fue comprada por Disney ésta no quiso distribuirla. Tampoco Netflix, ni Amazon, ni Lionsgate quisieron distribuirla, primero porque la pedofilia utiliza estos medios de comunicación para difundir la pornografía y después porque el protagonista, Jim Cavizel es un católico declarado. Lo hizo Angel Studios, una modesta productora afincada en el estado de Utah, en EEUU.

Sound of freedom se financió con un micromecenazgo de 5M$ aportados por siete mil personas. El presupuesto fue de 14,5M$. Toda esta campaña en contra no ha hecho más que potenciar la película, ya que en las primeras semanas de proyección en EE.UU. había recaudado 180 millones de dólares. Hoy supera los 250 millones de dólares.

Si bien la película está bien hecha e interpretada, no han faltado desde sus inicios posiciones enfrentadas sobre ella y no precisamente desde un punto de vista técnico, sino por la temática que trata que tiene relación con la política estadounidense. Los poderosos sectores cinematográficos y un amplio sector de la sociedad declaradamente no la querían y otros han optado por silenciarla. Uno de los pocos que ha animado a la gente a verla ha sido Mel Gibson defenestrado de Hollywood desde La pasión de Cristo y defensor de la lucha contra la pedofilia.

¿Los motivos? Quizás la temática, pero también hay que tener en cuenta que productores y director son personas declaradamente católicas, defensoras de la familia, de la castidad antes del matrimonio, en contra del aborto… y en la película se habla de Dios, de la oración… Y ahí es donde el mundo laicista y liberal entra «a matar» porque esto lo consideran propaganda religiosa.

Tim Ballard es el protagonista de Sound of freedom: es un personaje real, vivo, y es uno de los que trabajan para destapar la conjura pedófila en Estados Unidos. La pederastia es un grave problema. Y lo grave es que desde ámbitos woke se justifica. Como dice él: “se está intentando dar a los jóvenes lo que realmente no es sino pornografía, programas de educación sexual que les enseñan a masturbarse, a ‘reconocer’ el cuerpo del sexo contrario, a que tengan derecho a tener relaciones con quien les dé la gana o intentando que los niños tengan, a los 13 años, edad para ‘consentir’. ¡Es terrorífico! Ya veo a los pedófilos salivar con todas estas políticas. Quieren a los niños sexualizados”.

Eduardo Verástegui, también fue foco de las críticas y también respondió. Lleva décadas denunciando la situación de los menores no acompañados en Estados Unidos. Y sabe a lo que se enfrenta. Así lo señala: “Es un problema global, humano, perverso… ¿Quiénes son los que no quieren que se vea la película? ¿No serán los que están involucrados? Yo me enfrento a toda una industria de más de 150 billones de dólares. No es poco. Enviarán a su ejército a atacar por todas partes… Quieren pararnos los pies, pero ya no pueden parar a millones de personas”.

Ante esta situación, Eduardo Verástegui ha comunicado que: “Después de un período de discernimiento, he tomado la decisión más importante de mi vida: acabo de inscribir en el Instituto Nacional Electoral mi intención como aspirante a candidato independiente a la presidencia de la República Mexicana para las elecciones del 2 de junio, 2024«.

“Mi lucha es por la vida. Mi lucha es por la libertad. Es hora de sacar del poder a los mismos de siempre. Nuestro país necesita una nueva forma de hacer política, para erradicar la corrupción y la impunidad. Quiero cambiar a México y no será por la vía de siempre, por los mismos partidos de siempre, por los mismos políticos de siempre, por las mismas promesas de siempre”.

“Lamentablemente hoy, el lugar más peligroso del planeta, en el que se producen más muertes, es el vientre de la madre. Si un político no es capaz de defender a los más pequeños de su país, los bebés que están en el vientre de una madre y corren el riesgo de ser abortados, ¿entonces me pregunto a quiénes están defendiendo?”.

El tema no es nuevo. Ya en el 68 se publicó un manifiesto justificando la pederastia. Y hay grupos de presión homosexuales que la siguen justificando. El problema es que para su perversión necesitan a menores…, niños y niñas…, los más vulnerables…, y así los convierten en sus esclavos. Hay que parar esa barbarie. Como dice Ballard-Caviezel en la película: ”… Los hijos de Dios no están en venta.“

Uno de los pocos que ha animado a la gente a verla ha sido Mel Gibson defenestrado de Hollywood desde La pasión de Cristo y defensor de la lucha contra la pedofilia Share on X

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