Las enfermedades de transmisión sexual van en aumento, están disparadas. Es lo que arrojan las cifras del Ministerio de Sanidad, que debido a la pandemia no había podido publicar los datos de 2019 y 2020 y que ahora revelan que existe otra pandemia, las ETS y no porque el VIH sea responsable, cuya cifra precisamente desciende.
«Es muy complicado saber por qué se ha producido este aumento», afirma Alicia Comunión, dermatóloga y coordinadora del grupo de ITS de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), «pero pensamos que es porque no se utiliza el preservativo en las relaciones sexuales en cualquier colectivo».
Son afirmaciones que recoge Diario Médico, que, además, advierte de que no todas las ETS son de obligada declaración, sólo se cuenta con datos de infección gonocócica, sífilis, sífilis congénita, clamidia y linfogranuloma venéreo, otro tipo de clamidia, además del VIH.
Estas infecciones han ocupado también un espacio propio en el 49 Congreso de la AEDV celebrado en Málaga, con un simposio para actualizar la situación de las ITS.
Los diferentes grupos de edad representan diferentes tendencias de infección por enfermedad. Es lo que se ha vertido del 49 Congreso de la AEDV celebrado en Málaga. En ese sentido, por ejemplo, la clamidia afecta más a mujeres menores de 25 años. Esta infección puede afectar al cuello del útero o a la garganta si se practica sexo oral sin protección, igual que el gonococo.
Por otro lado, según Diario Médico, en chicos hay más casos en torno a los 25 años, mientras que la sífilis se contagia más sobre los 35. «Es importante recalcar que muchas de ellas no producen síntomas», afirma Alicia Comunión, por lo que se contagia sin saber que se está infectado. «En chicas, dos de cada tres cervicitis por clamidia con afectación del cuello del útero son asintomáticas. Muchas van al médico cuando notan algo pero si no, no se hace ningún tipo de cribaje para detectar estas infecciones».
La cultura relativista que disocia el sexo de la procreación está causando estragos entre las personas y, especialmente, entre los jóvenes. El descenso de parejas estables y de larga duración, el sexo casual y, en definitiva, la pérdida de valores alrededor de la pareja contribuyen a este despropósito, que no suele ocupar las portadas de los medios de comunicación generalistas.
Durante la pandemia los casos que se contabilizaron en las consultas médicas descendieron, que solo atendían urgencias. Sin embargo, tras el confinamiento las cifras han vuelto a los niveles normales de antes de la pandemia con un incremento paulatino como se venía registrando en los últimos años.
Por su parte, este tipo de incremento en las enfermedades de transmisión sexual no es debido al VIH, cuya incidencia decrece.
