Las decisiones de Puigdemont han sido contradictorias en sus palabras. Sucedió cuando las elecciones al Parlamento de Cataluña y su compromiso de volver si los resultados avalaban su victoria, como así fue al ganar las elecciones el bloque independentista. El primer partido -quién se acuerda de ello- fue ciudadanos que dilapidó aquel éxito, pero los votos unidos de ERC y JxCat dieron la victoria a este bloque. Puigdemont obviamente no volvió, porque con toda seguridad hubiera sido detenido y encarcelado. La cuestión no es esta, sino el por qué se comprometió a algo que no pensaba realizar.
Ahora opta por abandonar su escaño en el Parlamento catalán y renuncia al pulso de una posible reelección del cargo. Un tema nada menor si se considera, más pronto que tarde, antes de que termine la legislatura, que el actual Presidente Torra será inhabilitado por el Tribunal Supremo al asumir éste la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Puigdemont renuncia a su actual condición de diputado en el Parlamento catalán para pasar a serlo en el europeo con la proyección y ventajas que todo ello comporta. Es también una decisión lógica, pero al mismo tiempo subraya el carácter instrumental que otorga a los cargos institucionales.
Al mismo tiempo que se produce esta decisión El Parlamento Europeo ha modificado sus declaraciones iniciales en el sentido de que no había recibido ninguna comunicación por parte de la Junta Electoral Central sobre la inhabilitación de junqueras , como inicialmente había formulado aquella institución europea. Esta rectificación se produce después de que la JEC hubiera declarado que no era cierta la falta de notificación al Parlamento. En un tema tan delicado como este, que afecta a la relación entre instituciones estatales europeas, choca la actitud del presidente del Parlamento, pues a él se debe la decisión,que ya sorprendió en su momento hace pocos días, cuando aceptó con singular rapidez el derecho de Junqueras a recoger su acta.
En alguna medida el conflicto catalán, que ha venido deteriorando las instituciones españolas está también ejerciendo su efecto, si bien en términos mucho más modestos, en el ámbito de la Unión Europea. Para los partidarios de las conspiraciones esta rectificación del Parlamento vendría a demostrar que todo lo sucedido en relación a Junqueras y su pronto reconocimiento como diputado obedece a las gestiones del Gobierno socialista español con el presidente de aquella cámara, David Sassoli, Del partido democrático italiano y en este sentido miembro del mismo grupo socialista que el PSOE