Con Joe Biden vuelven a la Casa Blanca una serie de viejos conocidos, y conocedores, de la administración federal estadounidense.
Buena parte de los nombramientos que Biden ha hecho hasta ahora se inscriben plenamente dentro de las líneas de la política de los Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En este sentido, la presidencia de Biden será mucho más clásica que la de Donald Trump. Otra forma de presentar las cosas sería afirmar que el status quo que la Administración Trump intentó romper volverá, al menos en parte. Paradójicamente, Biden podría terminar siendo más conservador que su predecesor republicano.
Economía y sociedad
En materia económica y social, la presidencia de Biden seguirá los pasos de Barack Obama. De hecho, varios observadores han destacado la dificultad en que se encuentra Biden para deshacerse de la sombra de Obama después de haber sido su vicepresidente durante ocho años.
En el campo puramente económico, Biden seguirá una política típicamente demócrata, que traducida a los estándares europeos sería de centro. Intentará regular un poco más el sector financiero, particularmente los cuatro principales bancos estadounidenses, pero sin afectar seriamente al funcionamiento de Wall Street, actualmente en pleno boom .
Un punto diametralmente opuesto al de Donald Trump será el medio ambiente. Biden fomentará los vehículos eléctricos y endurecerá los requisitos de eficiencia energética. En cuanto a la polémica industria del fracking, parece que Biden no presentará batalla contra los industriales del sector a medio plazo. Teniendo en cuenta los actuales precios bajos del barril de petróleo, el sector se encuentra sumido en una grave crisis.
Cuestiones identitarias
La presidencia de Biden llega en un contexto muy delicado para los Estados Unidos, que han sufrido las protestas raciales más importantes desde finales de los años 60. Biden ha apoyado el movimiento Black Lives Matter pero su agenda en materia racial es difusa.
Se prevé que el presidente electo suprima en buena medida las restricciones impuestas por Trump a la inmigración, incluyendo la específicamente musulmana, y que amplíe las cuotas de refugiados que el país acepta.
El demócrata se opone a las proposiciones más radicales de sectores progresistas, como reducir los fondos de la policía. Pero, en cualquier caso, el presidente cuenta con pocas competencias en este ámbito, gestionado por los estados y a nivel local.
Política exterior
Uno de los ámbitos donde más se espera a Biden es en política exterior. De momento, el presidente electo ya ha hecho una declaración de principios al afirmar que buscará recuperar el liderazgo mundial de los Estados Unidos .
Se trata de romper con el breve período aislacionista abierto por Donald Trump los últimos cuatro años y de volver al intervencionismo que caracteriza la política exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
En concreto, Biden prevé el retorno de Estados Unidos al Pacto de París sobre el cambio climático y a la Organización Mundial del Comercio .
En otros aspectos, como el Acuerdo Nuclear con Irán, la situación no está tan clara: el pacto del que Trump se desdijo cuenta con numerosos detractores incluso entre los demócratas. Sin embargo, es previsible que Biden intente recuperarlo al menos parcialmente: fue durante su mandato como vicepresidente que el acuerdo se negoció y firmó.
Respecto a China, se prevé que Biden prosiga la línea de confrontación abierta por Trump. Pero seguramente la abordará de forma diferente, tejiendo más claramente una red de socios y aliados entorno a Beijing.
En muchos sentidos, la presidencia de Biden será paradójicamente más conservadora que la de Trump Share on X