Al final la triunfadora de la noche ha sido la película Oppenheimer, que ha ganado 7 estatuillas, entre ellas la de mejor película, mejor director (Christopher Nolan), mejor actor principal (Cillian Murphy), mejor actor de reparto (Robert Downey Jr.), mejor montaje, mejor dirección de fotografía (Hoyte van Hoytema) y mejor música original (Ludwig Göransson). Superando a todas las demás candidatas: “American Fiction”, “Anatomía de una caída”, “Los asesinos de la luna”, “Los que se quedan”, “Maestro”, “Pobres criaturas”, “Vidas pasadas”, “La zona de interés” y “Barbie”.
Estas dos películas se habían presentado como la contraposición entre un filme feminista y otra película de corte clásico en la que prácticamente casi todos los papeles correspondían a hombres. Cabe decir que Barbie ni siquiera estaba nominada para el Oscar al mejor director, pese a la campaña del mundo feminista, que lleva meses durando, a favor de Greta Gerwig, que jugaba con las cartas de ser una película altamente taquillera, que se había visto en todo el mundo y que, incluso, había sido prohibida en algunos países, y fue nominada a la mejor dirección por los Globos de Oro y por el Sindicato de Directores.
Tampoco formaba parte del listado de las candidatas a la mejor actriz protagonista y figuraba América Ferrera como candidata a mejor actriz de reparto que se ha llevado Da’Vine Joy Randolph por el filme “Los que se quedan”. Tampoco ha obtenido nada, a pesar de tener una nominación por el mejor actor de reparto, ni el mejor guion adaptado. El premio más relevante que se ha llevado Barbie ha sido por la mejor canción “What was y made for?”.
No es algo menor que, pese a la presión de los lobbies, Barbie haya quedado tan relegada hasta conseguir un resultado intrascendente. Toda la acción dirigida a presentarla como una película de culto por la mirada femenina y desmitificadora que generaba, ha quedado sin traducción. Para sus defensoras, la victoria de Oppenheimer significa que los hombres blancos de Hollywood han impuesto una vez más su voluntad para frenar las reivindicaciones feministas.
Más allá de este hecho, cabe decir que Barbie, que es una película ingeniosa, es también, además de su caracterización anecdótica, un filme absolutamente plano que tiene como más destacable sus efectos visuales y la inteligencia de utilizar una muñeca que había sido objeto de descalificación por el feminismo porque convertía a la mujer de un objeto estereotipado en un elemento de la reivindicación feminista.
Está claro que no todo el mundo está de acuerdo con esta lectura y desde el mismo feminismo se ha cuestionado y se sigue considerando Barbie a pesar del restyling , como lo que no debe ser una mujer. En todo caso, la película nos recuerda que fue la primera muñeca con tetas porque hasta entonces todas las muñecas eran siempre como niños, algo que también el feminismo critica por considerar que ya instala a la niña en el papel de madre.
Polémicas al margen, queda claro que en esta ocasión el triunfo de Oppenheimer otorgado por la academia coincide muy mayoritariamente con las preferencias del mundo cinéfilo, que veían en este filme una calidad que Barbie estaba lejos de tener.
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