Ayer en el inicio del debate de investidura de Sánchez y tras finalizar su intervención ya se produjo la primera crisis del acuerdo entre JxCat y el PSOE. El motivo fue una llamada urgente de Puigdemont manifestando su disconformidad con el modo en que Sánchez había tratado la amnistía, como un gesto de generosidad y perdón por su parte, y porque todos los asuntos relacionados con Catalunya y lo contemplado en el pacto no habían aparecido. Esta llamada obligó a una reunión de urgencia entre negociadores socialistas y los representantes de Junts en el Congreso, que recondujeron la situación.
Este hecho explica el tono de la intervención de Miriam Nogueras que, seguramente, fue el planteamiento de todos los que se produjeron ayer que más desequilibró al candidato a la presidencia del gobierno, puesto que ponía negro sobre blanco el alcance de los compromisos contraídos y esto generaba una fuerte incomodidad en las filas socialistas y una notable alegría en las populares porque evidenciaba que las cesiones eran muchas e importantes.
Y eso también explica el tono de la respuesta de Sánchez diciéndole a todo que sí, sin embargo, sin entrar en ningún aspecto concreto. Fue una satisfacción formal de la reclamación de Puigdemont, pero nada real. Y es que el presidente de la Generalitat, Puigdemont (porque éste es el tratamiento correcto a todos los que han sido presidentes), tenía mucha razón.
Sorprendentemente, el tema de la amnistía no salió hasta las 13:25 h. pero a las 13:28 ya estaba criticando una vez más a Vox. O sea, que fue una aparición instantánea. Y sobre Cataluña, poco dijo. Seguramente, es la intervención de Sánchez como candidato que menos texto ha dedicado a la cuestión catalana y desde luego no hizo referencia a los extensos pactos firmados por Junqueras y Puigdemont. Por eso vale la pena recordar los puntos principales que Sánchez no ha mencionado.
En relación a los acuerdos con JxCat
La existencia de dos comisiones: una relación con avances concretos ligados al autogobierno y otra que se reunirá fuera de España para tratar de la cuestión del cumplimiento de la amnistía y poner sobre la mesa, por parte de Junts, el referendo de autodeterminación, siempre bajo la mirada de una instancia extranjera e independiente encargada de supervisar la marcha de los acuerdos. En este ámbito Junts planteará el referido referéndum amparado en el artículo 92 de la Constitución, mientras que el PSOE hará una contrapropuesta dirigida a un amplio desarrollo a partir del Estatuto de 2006 y el reconocimiento de la singularidad institucional, cultural y lingüística de Cataluña. Todo esto evidentemente debe concretarse porque como no habrá referéndum, al menos sabremos qué significa el desarrollo estatutario y la singularidad catalana.
También se planteará un nuevo sistema de financiación que facilite el 100% de los tributos que se pagan en Cataluña a la Generalitat por parte de JxCat, mientras que el PSOE apostará por medidas que permitan la autonomía financiera y el diálogo sobre el actual modelo de financiación. Otro terreno que es bueno que se precise pronto para saber de qué palo se va.
La amenaza de no apoyar a Sánchez a lo largo de la legislatura si todo esto se incumple o si el concepto del lawfare no se hace efectivo, planeará desde el minuto 1, como ya se vio ayer. Y en todo caso pondrá a prueba la credibilidad de Junts ante el previsible incumplimiento de Sánchez.
¿Y lo qué plantea ERC?
También es muy importante. Traspaso de Cercanías y su financiación, los resultados de la mesa de negociación, diálogo y acuerdo, la mejora de recursos públicos destinados a Cataluña en términos de presupuestos como de fondos europeos, la financiación de la ampliación de la policía y del personal de prisiones, la reunión durante el primer trimestre de 2024 de la comisión bilateral para abordar los puntos del diagnóstico común contemplado en el texto, como lograr una financiación adecuada de los servicios públicos de Cataluña y asegurar los compromisos de inversión del Estatuto de Autonomía, más recursos para investigación y desarrollo, becas y ayudas a los estudios, como principales cuestiones.
Lo que ocurre es que, mientras entra en el reino de lo posible que si Sánchez incumple, como es su especialidad, los acuerdos, Junts pueda hacer saltar la banca, nadie se cree que el partido de Junqueras por muy de espaldas que se ponga el gobierno, pondrá en riesgo su continuidad. Ésta es la gran diferencia, al menos en el plano teórico, entre unos y otros.
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