No es el caso Cerdán: es un sistema corrupto con Sánchez como máxima autoridad

Tras el demoledor impacto del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) sobre Santos Cerdán, todos los esfuerzos —como ya empezó a insinuar Pedro Sánchez— van encaminados a presentar la corrupción como una cuestión puntual, limitada a una persona concreta. Pero los hechos apuntan en otra dirección: en el PSOE de Sánchez se ha consolidado durante una década un sistema de hacer política cuya finalidad principal es alcanzar el poder y no soltarlo jamás.

En este engranaje, el dinero es esencial como base operativa, pero no es el único mecanismo. El caso de Leire Díez ha sacado a la luz un nuevo nivel de corrupción: el uso de información confidencial y presiones contra funcionarios clave. Y las sospechas sobre la manipulación de las primarias del PSOE en 2014, que supuestamente dieron la victoria a Sánchez, revelan prácticas diseñadas para eliminar a los adversarios internos o externos mediante destituciones, chantajes o campañas encubiertas.

Corrupción en licitaciones: el sistema económico del poder

La corrupción en licitaciones públicas —un clásico— ha alcanzado niveles extremos bajo los gobiernos de Sánchez. La práctica comenzó en Navarra, con Santos Cerdán y Koldo García, y desde allí se ha extendido allí donde el PSOE ha tenido poder. Este hecho compromete la credibilidad del partido en muchas regiones y también de aquellos que lo han apoyado institucionalmente.

En el actual gobierno, las alianzas parlamentarias no se sostienen por afinidad ideológica, sino por beneficios: cargos personales, amnistías, transferencias forzadas, protagonismo mediático. A cambio, el gobierno obtiene continuidad y libertad de maniobra.

Es evidente que las licitaciones fraudulentas tenían como finalidad la financiación del partido. Dada la magnitud de los contratos (algunos superan ampliamente los 100 millones de euros), las comisiones percibidas por los intermediarios se sitúan entre 5 y 6 millones, y la mayoría de esos fondos —según las investigaciones— habrían sido dirigidos al PSOE. Una parte menor (entre el 10 y el 12%) era apropiada por los intermediarios para uso personal.

La destitución fulminante de José Luis Ábalos, ahora se sabe, no se debió a un acto regenerador del gobierno, sino a que Ábalos empezó a quedarse con la totalidad de las comisiones para sí. El sistema corrupto se defendió a sí mismo, eliminando a quien lo desestabilizaba desde dentro.

Hoy en día, el sistema funciona de forma más sofisticada: ya no es necesario manipular directamente las condiciones de las licitaciones. Basta con que participen empresas que conocen las reglas del juego. Gana quien presenta la mejor oferta… pero dentro de ese circuito controlado. La distorsión desde fuera es casi invisible. Quien no acepta las reglas del sistema, sabe que queda fuera de toda posibilidad de contratar con la administración.

Este esquema de financiación ilegal es difícil de demostrar sin un testimonio desde dentro: esos ingresos no figuran en la contabilidad oficial.

Expansión institucional: del caso Navarra al control estatal

Lo que empezó con Santos y Koldo en Navarra se convirtió en un sistema nacional cuando Sánchez alcanzó el poder. Nombró a Ábalos ministro de Fomento, con competencias sobre la obra pública. El sistema se profesionalizó.

Paralelamente, otro engranaje operaba en la sombra: el control de información y la recolección de “trapos sucios” para el beneficio político del partido. En este ámbito, la figura de Leire Díez no es la de una socialista marginal, sino una colaboradora a sueldo del histórico Gaspar Zarrías, uno de los nombres más oscuros del socialismo andaluz.

Con el control del poder, este sistema se expandió a las instituciones clave del Estado. El Fiscal General, Álvaro García Ortiz, fue acusado de filtrar información confidencial sobre una causa que afectaba a Isabel Díaz Ayuso. Y el Tribunal Constitucional anuló parcialmente las condenas del caso ERE, permitiendo que José Antonio Griñán evitara la cárcel, lo cual ilustra el grado de captura institucional.

La Guardia Civil, en particular la UCO, ha sido una excepción a este control. Y ahora, Sánchez paga las consecuencias de esa independencia. Otro gran obstáculo han sido los jueces: por eso el ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha introducido en el Parlamento una ley para reformar el acceso a la carrera judicial, saltándose informes y controles.

Sistema de relaciones: nodos, enlaces y flujos

La corrupción que afecta al PSOE y al gobierno de Pedro Sánchez se configura como una red de personas, estructuras y operaciones. A continuación, se sintetiza su arquitectura:

Nodos principales

Líneas de enlace

Vectores de influencia y flujo

• Flujo de dinero:
  • De empresas como Globalia o Innova Next hacia figuras políticas mediante contratos amañados o pagos irregulares.
  • Ejemplo: Globalia pagó 40.000 € anuales al centro universitario de Begoña Gómez.
• Flujo de influencia:
  • De políticos como Cerdán y Gómez hacia decisiones gubernamentales, incluyendo el rescate de Air Europa o adjudicaciones públicas.
• Flujo político:
  • Interno en el PSOE. Cerdán manipuló primarias en 2014 en favor de Sánchez, según la UCO.

Conclusión

Lo que revela el informe de la UCO sobre Santos Cerdán y las múltiples investigaciones abiertas no es un cúmulo de casos aislados, sino la evidencia de un sistema. Un entramado de relaciones políticas, financieras y legales orientado al control total del poder, a su conservación, y a la eliminación de cualquier obstáculo, ya sea político, judicial o institucional.

La pregunta ya no es si hay corrupción, si no hasta dónde llega, quién la permite y cómo se articula la impunidad. La estabilidad del PSOE y del Gobierno de Sánchez pende ahora del hilo de unas investigaciones que podrían cambiar para siempre la percepción pública de la política española.

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