Converses a Catalunya ha formulado una declaración «Ante las elecciones catalanas» que postula la necesidad de una reacción de la comunidad civil para poder salir del callejón sin salida en el que nos han situado los partidos políticos.
La declaración comienza señalando que las elecciones anticipadas son un reflejo de los graves daños que sufre nuestra vida política, consecuencia de una práctica democrática ficticia. Afirma que estas elecciones ya debían haber sido convocadas cuando Aragonès se quedó con una minoría parlamentaria de 33 diputados sobre 135 y sin embargo quiso mantener el gobierno. Una situación inaudita en cualquier democracia.
También constata que los partidos representados en el Parlament de Catalunya no cumplen con la finalidad que da sentido a la política: la construcción del bien común, porque otorgan una prioridad absoluta a sus intereses partidistas. Su principal preocupación es repartir el poder entre las personas que ejercen los liderazgos, relegando a sus seguidores a una posición de subalternos.
La declaración sostiene que la vía democrática es imposible sin la existencia de la amistad civil entre todos los que participan y este principio es incompatible con la existencia de una práctica basada en la descalificación, el insulto, la polarización radical, las exclusiones, líneas y muros que caracterizan a la política actual.
También señala que nuestros partidos y gobernantes no rinden cuentas y subraya el hecho de que todavía estamos pendientes de saber exactamente qué ocurrió durante la trágica pandemia de la Covid-19 y así extraer lecciones claras para el futuro. La declaración también hace un apunte muy concreto que ejemplifica las carencias y la distancia que separa el discurso de la práctica política catalana: señala que, después de más de 40 años de democracia, Cataluña sigue sin tener una ley electoral propia por impotencia de los partidos, que se rige por un decreto provisional del gobierno español de 1979.
Es ante todos estos hechos que Converses afirma que » no podemos depositar demasiadas esperanzas en los partidos políticos para corregir sus errores» y afirma confiar en una respuesta de la comunidad cívica porque de ella depende la convivencia, la cohesión social, la prosperidad y el bienestar.
También constata una anomalía de la política catalana: la ausencia de un espacio político y cultural de centroderecha alternativo a la mayoría gobernante en las diversas impostaciones del país, ERC, PSC, Comuns, y JxCat.
Y finaliza con un llamamiento para conseguir una política responsable y comprometida con el bien común, un llamamiento cívico a unirse en un movimiento por una política renovada y honesta. Si estás de acuerdo rellena el siguiente formulario:
