¿Qué pretendía Vox con su moción de censura, cuando sabían que estaba perdida antes de empezar? La opinión más generalizada es que su prioridad era poner en dificultades al PP, dado que tiene un sector de votantes y de diputados que son partidarios de esta línea. Es posible que ésta sea la razón fundamental, pero en todo caso es evidente que la jugada tenía una factura muy costosa porque ayudaba a formar un bloque en torno a Sánchez. La intervención de Abascal favoreció, incluso este hecho, porque desde el punto de vista de la racionalidad fue más bien caótica. La impresión final era «sólo contra el mundo» y este es un tipo de mensaje que puede tener fieles entregados, pero que en principio no acaba de dar demasiados votos, excepto si el grado de cabreo del país es grande. Desde esta otra perspectiva, la apuesta de Vox sería para de forjar una coalición de cabreados de recorrido incierto.
En todo esto juegan evidentemente las perspectivas. ¿El año que viene será bueno para el gobierno porque dispondrá de recursos y podrá hacer buenas políticas, y la Covid-19 estará más controlada? ¿O por el contrario se profundizará la crisis y el coste para el gobierno debido a esta? Hasta ahora hay que decir que Sánchez de momento no paga ningún coste, seguramente porque la oposición del PP centrada en la descalificación total es incompatible con una crítica afilada que, hecha con buenas formas, llegue a la gente.
Las últimas encuestas antes de la moción de censura de El Español y de La Razón continúan situando primero al PSOE pero a menos de 4 puntos de ventaja del PP. Los márgenes de los socialistas se mueven entre el 26 y el 27% y los del PP entre el 23 y, yendo muy bien las cosas, el 24%. En escaños, el PP se situaría en el umbral de los 100 sin llegar, entre los 98 y 99, y el PSOE entre los 111 y los 115. Vox aparece claramente como la tercera fuerza pero en estas encuestas a una clara distancia del PP, ya que se sitúa alrededor del 16% y con 54 o 58 diputados, algo más de la mitad de los que tiene esa fuerza. UP aparece bastante apartada, en cuarta posición con 25-28 escaños y con un 10-11% de los votos.
Queda claro, por tanto, que la coalición gobernante es más débil que las fuerzas de la derecha, pero estas son insuficientes para superar el papel que tienen los partidos de ámbito autonómico en el Congreso. Por ejemplo, ERC se sitúa entre los 12 y los 13 diputados, y JxCat entre 10 y 12, es decir la suma de estas dos fuerzas es tan importante como UP sola. Naturalmente, esto es sumar peras y manzanas, pero sirve para dar una idea del peso de los demás partidos y en particular de los catalanes, a pesar de que estos últimos no hayan logrado traducir su significación y votos a lo largo de la legislatura en resultados para Cataluña.
Ahora todo el interés es ver cómo se mueven estas previsiones electorales tras el debate, y constatar si Vox ha acertado o no, y si Sánchez ha salido como parece, favorecido o perjudicado.
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