De acuerdo con los resultados de la encuesta del CEO de este mes de noviembre “Cosmopolitismo y localismo en Cataluña. 2019”, no cabe duda de que los catalanes somos los que tenemos un grado de satisfacción más elevado de Europa y del mundo.
En una escala de 0 a 10, en la que 10 es el máximo de satisfacción y 0 la nula satisfacción, los catalanes se sitúan en el 7,48, pero es que además casi una tercera parte se sitúan en el 8 o más, es decir, del notable al sobresaliente, mientras que del 0 al 4 casi no llega al 5% y aquello que sería un “ir tirando” (posición 5 y 6), se sitúa en el 19%.
Así pues, no hay ninguna duda: estamos satisfechos y una parte nada negligible lo están, además, “mucho”. No deja de ser interesante, para no decir sorprendente, que de julio a octubre se haya producido una mejora sustancial, pasando de un discreto 6,08 al actual 7,48. Está visto que el conflicto no afecta a los catalanes en cuanto a su satisfacción con la vida; ni los que se sienten “oprimidos” por el estado lo manifiestan, ni los que viven con angustia el intento de separarse de España se ven afectados por este riesgo.
Explicar políticamente estas cifras es una tarea complicada, pero forma parte de la compleja situación que vive Cataluña.
La interpretación todavía resulta más compleja si se considera que, vistos los resultados, los más satisfechos son Cs (8,03), JxC y Vox (7,79). Por lo tanto, la clasificación la encabezan partidos que expresan un mayor griterío contra la situación actual. Por otro lado, ¿quiénes son los menos felices? Esto hablando en términos relativos, claro, porque la nota continúa siendo alta. Pues cierra la clasificación el PSC con el 7,21, seguido de los Comunes con el 7,27 y ERC con el 7,63. El PP ocupa una posición intermedia entre el grupo de cabecera y los de abajo, con el 7,73.
En una primera lectura, podríamos decir que los partidos que se sitúan a la derecha del espectro presentan entre sus votantes un mayor nivel de satisfacción que los que se sitúan a la izquierda.
Un complemento de esta información, desde otra perspectiva, es el grado en que cada cual se declara dispuesto a asumir riesgos. Aquí la lista también la encabezan Vox y Cs con el 7,15 y 6,58 respectivamente, mientras que la cola, con diferencia, corresponde al PSC con el 5,84, precedido de JxCat con el 6,40.
Los socialistas catalanes se caracterizaron, por lo tanto, por ser los ciudadanos que quieren correr menos riesgos, y que, a pesar de tener un nivel alto de satisfacción, resulta menor que el del resto de sus compatriotas. JxCat presentaría una extraña dicotomía. Estarían “muy satisfechos” con su vida, y a la vez estarían muy poco dispuestos a asumir riesgos, a pesar de que su planteamiento político, al menos oficialmente y por parte de sus dirigentes, sea el de “todo o nada“ y el de «cuanto peor, mejor”, paradigmas que encajan poco con la vocación de no arriesgar en esta vida.