El País publicó el miércoles 4 de mayo una encuesta electoral, pero ahora lo que quisiéramos resaltar es otro aspecto, el de las atribuciones de cualidades que debe tener un líder y la asignación de estas cualidades a los cuatro principales políticos: Sánchez, Feijóo, Díaz y Abascal. La valoración de cada candidato, según los aspectos positivos, permite ver quién destaca en qué, pero evidentemente por sí solo no es un buen instrumento para conocer el potencial electoral de cada uno de los candidatos.
La razón es muy concreta: no todas las cualidades son valoradas con igual importancia por parte del elector. Ahora bien, como la encuesta de El País también informa de la importancia que los encuestados otorgan a cada atributo o virtud, es posible establecer un coeficiente que nos dé, en términos numéricos, el valor de cada candidato.
Converses ha llevado a cabo este trabajo aplicado a las seis cualidades más destacadas, en el sentido de que registran un mayor porcentaje de valoración por parte del elector. Por ejemplo, la primera de todas con diferencia es la honradez, que es considerada como una cualidad imprescindible para el 72% de los encuestados. Le siguen, pero ya a distancia, la preparación y la inteligencia, con un 41,8% en ambos casos.
Estos tres serían el bloque fundamental, si bien le siguen otros que siendo menos valoradas, más prescindibles, tienen también relieve. Se trata de la empatía (25,5%), ser buena persona (19,5%) y la experiencia (19%).
Considerando estos seis factores que determinan de forma arrolladora lo que el electorado considera como virtudes imprescindibles, si bien ya hemos visto que en proporciones diferentes, Feijóo se sitúa claramente en el primer lugar con un índice de 7.209. La segunda posición corresponde a Díaz que, por tanto, le hace el “sorpaso” a Sánchez, con un índice de 5.956. El presidente del gobierno alcanza un índice de 5.288, mientras que muy alejado de los tres aparece Abascal con 3.616.
Sobre estas cifras es necesario realizar algunas consideraciones. Es incuestionable que la simpatía política condiciona la valoración. Es el caso contrapuesto de Díaz y Abascal. Díaz goza de una valoración muy por encima de su recorrido electoral, mientras que Abascal es puntuado bajo en todos los casos. De hecho, en la escala de valoración por parte del electorado, en ninguno de los atributos, salvo en el del carisma, alcanza el 20%. Cabe anotar que este último atributo no es extraordinariamente valorado por parte de los encuestados porque sólo un 15,1% lo consideran como imprescindible.
Feijóo denota una gran distancia en los atributos, porque Sánchez es inferior en más de una tercera parte de la puntuación que obtiene Feijoo. Desde este punto de vista el candidato popular, si no suceden otros obstáculos, como por ejempla un mal resultado en Andalucía, tiene ¾ de la campaña electoral hecha porque es percibido en todos los órdenes como mejor que Sánchez, con el hándicap por parte de este último de que es presidente del gobierno y, por tanto, tiene todos los recursos del poder que esta situación le proporciona.
Está claro que como toda encuesta la fotografía que nos dan estos datos sirve para el momento presente, porque las cosas pueden cambiar. Pero a estas alturas Feijóo ganaría claramente a Sánchez. Y esto se produce además en los seis atributos.
En cuanto a la honradez, Díaz se sitúa primera y Feijóo segundo, pero con una escasa diferencia entre uno y otro, mientras que Sánchez se encuentra francamente alejado, en tercera posición.
En preparación, que debería ser un atributo del gobernante, Feijóo también le saca una gran ventaja a Sánchez, si bien éste se coloca en segunda posición. Vale la pena remarcar la baja puntuación en este caso de Díaz, pese a ser ministra de trabajo, haberse apuntado “tanto” y haber presentado unas leyes laborales de éxito. Aún así, su resultado es un 80% inferior al de Feijóo.
En inteligencia también el candidato gallego ocupa la primera posición, seguido de Díaz y en tercer lugar el presidente del gobierno, aunque en este caso las diferencias son poco relevantes. Donde vence claramente Díaz es en empatía que se ubica en primer lugar a clara distancia de Feijóo. El dirigente socialista se ubica también en este caso en tercera posición.
Los que piensan que es necesario ser una buena persona tienen como predilecto a Feijóo claramente por encima de los otros dos. Sánchez y Díaz prácticamente empatan porque la diferencia en puntos no es significativa.
Y finalmente la experiencia, que debería ser una carta formidable del presidente del gobierno, sorprendentemente éste no pasa del segundo puesto, con una puntuación que es casi la mitad de la de Feijóo. También es sorprendente que la vicepresidenta del gobierno y ministra de Trabajo tenga una valoración muy baja, más cercana a la del último de la cola, Abascal, que a la que ocupa el segundo puesto, el presidente del gobierno.
Con estas cifras en mano Díaz podría ser incluso una candidata mejor para el PSOE que el propio Sánchez, pero la diferencia no es ni mucho menos tan relevante como la capacidad de operar que tiene el presidente del gobierno. Díaz es percibida como una persona que sobre todo tiene su punto fuerte en la empatía, sin embargo flaquea en otras cuestiones. Sánchez no logra destacar en ninguno de los atributos porque en ninguno de ellos logra ubicarse en primera posición. En ese escenario es evidente que el candidato del PP tiene una gran fortaleza electoral. La cuestión, por tanto, es si sabrá o no conservarla.