La virtuosidad de ser padre

Hace unos meses que he sido padre y es sin duda la experiencia más especial que he vivido. Especial porque hay una criatura que depende de mi mujer y de mí y que le da absolutamente igual el desastre o poco preparados que nos podamos sentir.

Una criatura que al mirarla, a pesar de los llantos, las heces o las regurgitaciones, no puedes dejar de admirar, como si toda ella hubiera venido directamente del mundo de los perfectos.

Pero los meses avanzan y las horas de insomnio y cuidados continuados se van acumulando. Esa gran excitación del inicio se va diluyendo y el entorno normaliza la llegada de la nueva persona. Y en paralelo al bajón del foco externo, mi ente interior empieza a hacer cavilaciones del tipo: «Solo trabajo y limpio culos» «No puedo dedicar tiempo a cosas mías» o «¿Cuándo podré tener una noche tranquila?». Y a consecuencia de esos pensamientos, la frustración. La frustración de pensar que los días, semanas y meses pasan y ella depende todavía totalmente de nosotros, nos tiene ligados.

Pero su sonrisa, su primer «papa», la gacha sobre mi hombro, borran estos pensamientos de oscuridad y me hacen volver a la realidad. Una luz que me muestra la fortuna de haber sido elegido para cuidar a esta criatura, ese ser de paz, vestido de blanco.

Y durante todas las pequeñas batallas del día, mi rostro se ilumina al comprender algo que sin quererlo me he visto abocado. Gracias a la paternidad soy virtuoso y lo que es mejor, sin pensarlo, sencillamente siéndolo.

La generosidad por pensar siempre primero con la hija antes que en cualquier comodidad mía. La humildad de comprender que una hora dedicada a ella es mayor que el negocio más rentable. La fortaleza pese al cansancio, estar siempre disponible para servirla o la templanza de controlar mis impulsos frente a unas reacciones que desde mi perspectiva de adulto no son admisibles.

Así pues, gracias, hija, porque incluso hay veces que gracias a ti me acerco mucho al ideal de caballero que tantas veces había soñado con ser. Ojalá aprendiera más de mí mismo en estas situaciones para aplicarlas en todas las situaciones del día a día.

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