Esta constatación tan complicada de resolver porque son precisamente los partidos los principales agentes para arreglar los problemas colectivos, es la indudable conclusión a la que se llega explorando los datos de los barómetros del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Catalunya (CEO) desde 2006.
En una información de ayer ya constatábamos algo muy notorio. Los ciudadanos consideran que ningún partido político (46,4%) tiene capacidad para resolver los principales problemas y además un 18% era incapaz de dar respuesta a esta pregunta, que ya es una manera de contestar. El partido que parecía saber más alcanzaba un migrado 9% y era ERC.
Cabe remarcar algo que ayer no señalamos que es que curiosamente esta serie finaliza en octubre del 2020, a diferencia de todas las demás preguntas de este mismo capítulo. Debe tener una explicación racional, pero hace pensar.
Pero es que además también señalábamos que el mayor problema para los ciudadanos es la insatisfacción política (14,4%) por encima del funcionamiento de la economía y el paro.
Señalamos aquí también como curiosidad que en el listado de problemas no aparece nunca la violencia de género. Llama la atención porque continuamente la política y los medios de comunicación la sitúan en el centro del escenario de las preocupaciones, pero según la encuesta los ciudadanos carecen del mismo criterio.
La valoración de la situación política en Cataluña es de derribo. La suma de quienes la consideran mala (50%) y muy mala (20%) alcanza el 70%. Más de las 2/3 partes de los ciudadanos hacen esta valoración y esto es grave, pero aún lo es más que cuando se les pregunta por las expectativas en un año un 47% responde que todo estará igual y un 26% que empeorará más. También en este caso esta última pregunta presenta la curiosidad que ha desaparecido desde marzo de 2022. Y, por tanto, en estos momentos no sabemos si los ciudadanos lo siguen viendo todo muy negro o han cambiado de opinión.
La valoración sobre la política española es prácticamente calcada. 71% entre malas y muy malas opiniones, la diferencia radica en que estas últimas pesan más porque alcanzan casi el 27%.
Otros indicadores van en el mismo sentido, de la política y de los partidos como problema. Es el caso de aquella que pregunta si se considera que los políticos tienen en cuenta a la gente. Ésta es otra cuestión que ha sido suprimida desde octubre del 2018. Hasta entonces el 73% opinaba que los políticos no tomaban en consideración a los ciudadanos. Otra cuestión también suprimida desde esa fecha era si los políticos sólo buscan el beneficio propio y la respuesta era afirmativa en el 76% de los casos.
Completamos la radiografía. ¿Qué grado de confianza tenemos en los políticos catalanes (pregunta suprimida en octubre de 2020)? La última respuesta es que la confianza es muy baja. Con una nota de suspenso profundo, 3,5 sobre 10.
¿Y la confianza en el gobierno de la Generalitat? Pues también suspende con una nota de 4 sobre 10, en cuyo caso el dato llega hasta el final de la serie de marzo del 2023.
Estas mismas preguntas referidas a la confianza en los políticos españoles y el gobierno de España tienen peor resultado. Un 2,5 de nota para los políticos y un 3,4 para el gobierno Sánchez.
Y cerramos el perfil. ¿Estamos satisfechos con la democracia que tenemos? La respuesta clara y rotunda es que no. Un 51% se declara poco satisfecho y un 20,5% aún manifiesta una crítica mayor porque responde que no está nada satisfecho. En total, un 72%.
La radiografía final es clara. Los partidos políticos y la política que hacen no resuelve los problemas, es causa de profunda insatisfacción, no tienen en cuenta a la gente ni procuran por ellos, su valoración y de los respectivos gobiernos en Cataluña y España es baja, y también el 70% se manifiesta bastante o muy insatisfecho tal y como va nuestra democracia. Con estos resultados, ¿podemos seguir anclados definitivamente en las causas que los determinan sin que esto acabe provocando una crisis de extraordinarias proporciones?