Es evidente que todas las prospecciones demoscópicas incorporan errores, pero lo que no puede ser es que éstos se reiteren siempre y sufran en todos los casos del mismo sesgo. Es lo que ocurre con los sondeos políticos del CIS, que de manera sistemática y recurrente dan resultados victoriosos para los partidos del gobierno y sus amigos, que son abiertamente contradictorios con el resto de las encuestas publicadas y que después, cuando acontecen las elecciones, se confirma que más que una encuesta de lo que se trataba es de una treta construida con nuestro dinero.
Porque recordémoslo, el CIS es un instituto del estado. Debe servir al conjunto del mismo y funciona a expensas de los recursos que los ciudadanos aportan con sus impuestos, incluido el sueldo del sr. Tezanos, quien debe ser destituido de mantera inmediata por una de estas dos razones: o porque es un incompetente descomunal, o porque utiliza de manera indigna la investigación sociológica pública para intentar favorecer al gobierno Sánchez.
Estas dos formulaciones no forman parte de un prejuicio contra el responsable del CIS, sino que obedece a su ya larga trayectoria.
Empecemos por las elecciones de Andalucía del 2 de diciembre de 2018. No hacía demasiado tiempo, sólo 6 meses, que Sánchez y Tezanos ocupaban sus puestos. Quizás por eso las estimaciones de las encuestas preelectorales para las elecciones del 2-D fueron sesgadas en el mismo sentido, pero no con la intensidad de las que vinieron detrás. Concedió una mayoría abrumadora al PSOE dándole más del doble de escaños que al PP, no supo recoger la llegada del nuevo partido que era Vox, y daba como resultado electoral una amplia mayoría de izquierdas. Naturalmente, el resultado real está a la vista y el PP gobierna con Cs, y Vox es una fuerza muy importante en el Parlamento. De hecho, el resultado socialista fue un 30% inferior al pronosticado, de 46 escaños a 33. Y también se redujeron sensiblemente los diputados logrados por Adelante-Andalucía. Un 30% de error no se explica por el margen de error de las encuestas, sobre todo cuando las muestras son tan grandes como las que puede permitirse el CIS.
Pero ese sólo fue el preludio de la superación de la obra de Tezanos, ésta llegó con las elecciones madrileñas en las que, como es sabido, Isabel Díaz Ayuso obtuvo una amplísima mayoría. En los sondeos del CIS los resultados daban un empate entre derecha e izquierda. Había la voluntad de traspasar al elector que el resultado estaba en el aire y que había que ir a votar para conseguir la victoria por parte de los socialistas. Y no fue sólo una vez que lo hizo. En la primera encuesta preelectoral diseñó un empate a 68 escaños, que era la suma, por un lado, del PSOE, Podemos y Más Madrid, y, por otro, del PP, Cs y Vox. El resultado real fue de 58 escaños para el bloque de izquierdas por 78 del de derechas. Otra diferencia tan grande que carece de explicación técnica posible. En la segunda encuesta, aún fue más allá y concedió una mayoría al bloque de izquierda encabezado por Ángel Gabilondo y la derrota de Ayuso: 70 contra 56. Según Tezanos, Ayuso no debía superar los 56 escaños y obtuvo 65. Y todavía realizaron una tercera encuesta, de la que no hizo públicos los resultados, lo que no es compatible con los fines del CIS. De hecho, estuvieron realizando encuestas hasta la misma jornada de reflexión.
Ahora Tezanos se ha gastado otra fortuna en encuestas en Castilla y León. La primera con una muestra brutal de 8.000 personas y 7.131 entrevistas efectivas. Pese a esta abundancia, presentó unas horquillas de previsiones extraordinariamente amplias, porque daba al PSOE entre 25 y 34 escaños, y al PP entre 27 y 32. Claro que de esta forma resulta imposible equivocarse porque caben todas las posibilidades. Pero, aun así, no se pudo estar de afirmar que en ese empate potencial había una ligera ventaja socialista. Naturalmente, cuando realizó esta primera encuesta, todas las demás señalaban una clara victoria del PP que después se ha hecho efectiva, pero mucho más corta. Tezanos aún hizo una segunda, en la que se mantenía la tesis de la victoria socialista. Subvaloraba siempre a Vox y primaba a UP y Cs, que han quedado reducidos a la mínima expresión de un diputado cada uno.
Es evidente que con este balance Tezanos y el CIS se han convertido en un motivo de escándalo, de un abuso sistemático que no hace más que degradar al propio estado.
Tezanos no puede continuar ni un minuto más al frente del CIS.
Tezanos y el CIS se han convertido en un motivo de escándalo, de un abuso sistemático que no hace más que degradar el propio estado. Share on X
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