Monárquicos
Entre los monárquicos, sobresalen Pemán. También, Vegas Latapié y Sainz Rodríguez. En menor medida, los hermanos Pemartín.
José María Pemán y Pemartín (Cádiz,1897-1981), abogado y prolífero escritor en casi todos los géneros. Políticamente, inició su carrera durante la Dictadura de Primo de Rivera, de quien era pariente lejano. Entró a formar parte de la Asociación Nacional de Propagandistas Católicos. Más adelante, Alfonso XIII lo nombra “Gentilhombre de Cámara con ejercicio”.
Durante la República se integra en Unión Monárquica Nacional, con Ramiro de Maeztu, Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera, entre otros. Cuando la “sanjurjada” se exilia a Gibraltar. A continuación, pasa a formar parte de la Sociedad Cultural y de la revista Acción Española. En 1933 entra en el partido Renovación Española y, al año siguiente, se adhiere al Bloque Nacional. Sale diputado por Badajoz y Cádiz, iniciándose en el parlamentarismo durante el “Bienio Conservador”.
Al comenzar la guerra, se compromete apasionadamente con los golpistas, inspirando las expresiones “Cruzada” y “Movimiento Nacional”, calificándosele como “Poeta Alférez”, “Juglar de la Cruzada” e “Ingenio del Régimen”. En Burgos, bajo la batuta de Eugenio d’Ors, forma parte de la plana mayor de los “poetas de guerra” (Luis Rosales, Agustín de Foxa, Manuel Machado, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo). Preside la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado desde su constitución el 1 de octubre de 1936.
A renglón seguido, se hace cargo del Servicio de Prensa y Propaganda, impulsando la historia canónica de la propaganda franquista sobre la guerra a través de la monumental obra “Historia de la Cruzada Española” que enlazará con “Historia de España para párvulos”, publicada en 1939 y dedicada fervorosamente a Franco. Finalizada la guerra, ejerce como Director de la Real Academia Española; ingresa en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación; es consejero nacional de FET y de las JONS; diputado a Cortes… Sin reñir con Franco, se enfrenta con los falangistas y, dada su exaltación monárquica (presidió el Consejo Privado del Conde de Barcelona), se va alejando de la primera línea política y representativa, situándose en la esfera literaria y académica. Casado con Carmen Domecq y Rivero, tuvieron nueve hijos, siete hembras y dos varones.
Eugenio Vegas Latapié (Irún,1907-Madrid,1985) desde muy joven mantuvo un acervado activismo en los medios monárquicos. Profesionalmente ganó, a los diecinueve años, las oposiciones al Cuerpo Jurídico Militar y tres años más tarde las de Letrado del Consejo de Estado. En 1931 funda la “gran obra de su vida”, la Sociedad Cultural, en el marco de la revista Acción Española que ejerce como núcleo opositor de la república y, a la vez, difunde la doctrina monárquica. Frente a la represión y persecución política que le acuciaba, creó la editorial Cultura Española para publicar obras en pro de la monarquía.
Producido el levantamiento en julio de 1936 se incorpora a la Legión, con nombre falso que, al descubrirse, el general Yagüe lo licenció por entender que no podía tener enrolado como soldado a un capitán jurídico militar. Por poco tiempo fue consejero nacional de FET y de las JONS, con la pretensión de aconsejar a Franco, pero no a los falangistas. Se le “desplazó” a Ceuta y al acabar la guerra, sin conseguir por presión política una plaza de catedrático de Derecho Político, se trasladó a Roma, poniéndose a disposición de Alfonso XIII. Aconsejó su abdicación a favor de Don Juan, actuando como jefe de su secretaría política. Permaneció en este cargo hasta 1947 y en el ínterin, con una activa participación en la revista “Verbo”, participó en las diferentes conspiraciones que llevaban a cabo los altos jefes del ejército contra los falangistas y a favor de la reinstauración monárquica.
Fue preceptor de “Don Juanito” hasta que éste dejó de residir en Lausanne para trasladarse a Estoril y, de acuerdo con lo pactado con Franco, continuar sus estudios en España. En 1965 ingresó en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, actuando durante unos años como secretario de la misma y ejerciendo como letrado del Consejo de Estado hasta su muerte.
Por su parte, Pedro Sainz Rodríguez (Madrid,1897-1986), fue un “niño prodigio” que a los veintitrés años ganó por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Oviedo. Fue Decano de la Facultad y en esta ciudad conoció y trató personalmente al General Franco. Tres años más tarde se trasladó a Madrid al haber ganado la Cátedra de Bibliología de la Universidad Central.
Amante de los libros, disponía de una biblioteca de más de cincuenta mil títulos que donaría a la Fundación Universitaria Española. Con el tiempo ingresa en la Real Academia Española y en la de Historia. A la vida académica y literaria, sumó una importante actividad política en defensa de la monarquía y del catolicismo, inspirado en el ideario de Menéndez Pidal.
Durante la dictadura de Primo de Rivera, aceptó formar parte de la Asamblea Consultiva Nacional desde 1927. Fue diputado a Cortes en todas las legislaturas de la República, vinculado al grupo Acción Nacional, que cambiaría de nombre en 1932 por el de Acción Popular. Fundó Renovación Española y trabajó intensamente como miembro de Acción Española. Más adelante, pondría en marcha la Sociedad Anónima de Enseñanza Libre, para proteger legalmente la enseñanza de las órdenes religiosas durante el período republicano.
A continuación, creó el Bloque Nacional y, después de la unificación, fue delegado nacional de Educación y Cultura y consejero nacional de FET y la JONS. En la Junta de Burgos, forma parte del primer gobierno civil de Franco como Ministro de Instrucción Pública, que cambió el nombre por el de Educación Nacional. Su labor en el ministerio fue importante, pero por poco tiempo, pues dejaría la responsabilidad en el mes de abril de 1939 por sus desavenencias con los falangistas (el motivo del cese-renuncia obedeció a que utilizaba el coche oficial para sus juergas nocturnas).
Se trasladó a Lisboa, maniobrando y conspirando para la restauración monárquica. Su fidelidad a Don Juan de Borbón le llevó a ser miembro del Consejo de la Corona y del Consejo Privado del Conde de Barcelona. Regresó a España en 1969, ocupando una Cátedra en la Universidad Pontificia de Comillas y fijó su residencia en Madrid.
En cuanto a los hermanos Pemartín, primos de Pemán, su implicación política fue más laxa siempre, eso sí, en defensa de la monarquía como forma de estado en tanto que legado familiar.
El mayor, José Pemartín Sanjuán (Jerez de la Frontera, Cádiz,1888-Madrid,1954) tuvo una actividad relevante cuando la dictadura de Primo de Rivera, siendo uno de los fundadores de la Unión Monárquica Nacional (que durante la República pasaría a Renovación Española). Amigo de José Antonio Primo de Rivera, se adhirió al bando sublevado desempeñando la jefatura del Servicio Nacional de Enseñanza Superior y Media. En 1937 publicó “Qué es lo nuevo”, una vehemente apología sobre la necesidad de “racionalizar España”. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Su hermano, Julián Pemartín Sanjuán (Jerez de la Frontera, Cádiz,1901-Madrid,1966), estuvo entre los fundadores de Falange Española en 1933. Se unió a las fuerzas sublevadas y como “camisa vieja” ejerció de jefe provincial y luego vicesecretario general de FET y de las JONS, con un claro decantamiento a favor de la monarquía. Fue procurador en las cortes franquistas y uno de los fundadores del Círculo Doctrinal “José Antonio”. En su faceta de escritor, presidió el Instituto Nacional del Libro.
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