La mayoría de informaciones publicadas hoy siguen dando resultados basados en las encuestas. Converses da los reales, la asignación de escaños. Concretamente, de 574 sobre 577 que tiene la asamblea, por tanto, prácticamente todo bendecido.
Las encuestas las carga el diablo y una vez más esto se ha visto en Francia. Hemos pasado de la alarma con la mayoría absoluta de Agrupación Nacional (RN) a que quede como el tercer bloque. Realmente, la mayoría absoluta era una exageración, pero sí estaba claro, según las encuestas, que debía ganar con claridad. No fue así. Cabe preguntarse por qué. Lo iremos viendo.
Como explicación provisional, sirva la de la mayor participación, que ha alcanzado unos niveles históricos. Esta hipótesis nos dice que sobre todo la izquierda se ha movilizado por miedo. Medidas anunciadas como que los nacidos en Francia de padres inmigrantes no tendrían automáticamente la nacionalidad francesa a los 18 años, implementar la preferencia nacional en ayudas sociales de subsidios familiares, restringir las reagrupaciones familiares y no asignar puestos de trabajo “sensibles” a las personas con doble nacionalidad pueden haber tenido un efecto movilizador contrario a Le Pen. En cualquier caso, hay que ver con más detalles los resultados en cada circunscripción y la participación electoral concreta por distrito electoral para llegar a conclusiones sólidas.
El resultado ha sido éste:
- NFP
- LFI (71)
- PC (9)
- DVG (liberales de izquierda) (12)
- PS (64)
- Verdes (32)
- Mayoría presidencial
- Renacimiento (Macron) (96)
- Modem (34)
- UDI (3)
- Horizontes (liberales) (26)
- Derecha clásica
- LR (39)
- DvD (gaullistas y demócratas cristianos) (25)
- Derecha radical
- RN (126)
- Republicanos aliados en la RN (17)
- Otros
- Otros (13)
- Independientes antipolítica (10)
Con estos resultados, todo el mundo está lejos de la mayoría absoluta ubicada en 289 diputados. El NFP ha alcanzado 188, el máximo de las previsiones. La mayoría presidencial, 159, pero hay que considerar que tenía 250. Ha salvado los muebles, pero la caída es espectacular. Y el partido estrictamente del presidente, Rencimiento, se ha quedado con 96.
La derecha clásica, Los Republicanos más los gaullistas y otras fuerzas, han logrado 64 diputados. No es un mal resultado si se considera que tenían 61. Además, están los 17 de la escisión provocada por la alianza de un sector con el RN. Sus expectativas eran muy altas y esto da pie a frustración, pero lo cierto es que su crecimiento ha sido grande. Ha pasado de 88 escaños a 126 y hay que considerar que hace dos elecciones tenía sólo 17.
A reserva de conocer los resultados en porcentaje de voto, que darán una idea más exacta sobre la correlación de fuerzas, es evidente que se abre un nuevo período de incertidumbre.
Primero, porque los teóricos ganadores, el NFP, son una amalgama muy heterogénea, sobre todo en lo que se refiere a la presencia de la Francia Insumisa de Mélenchon, que es primera fuerza de aquel grupo con 71 escaños de los 188 de los que dispone. Pero claro, su líder no puede acabar de sacar pecho porque tenía 75, así que es el único grupo de la izquierda que ha perdido diputados. En contrapartida, el partido socialista ha doblado los escaños de 31 a 64. Y los ecologistas también han mejorado, aunque menos, aumentando con 11 escaños los 21 que tenían.
Es evidente que con todos estos resultados las expectativas previas hacen mucho, pero hay que partir de la realidad para adivinar el futuro y ésta señala el descalabro de la mayoría presidencial y sobre todo de los macronistas, aunque numéricamente han salvado la cara.
La derecha de toda la vida, ya muy mermada en las anteriores elecciones, ha aguantado razonablemente bien el tirón y la escisión. Y los del RN, si no hubiera sido que ellos mismos se creyeron la mayoría absoluta, ahora podrían estar cantando las excelencias de un resultado histórico porque lo que es evidente es que gana poder en Francia, no sólo en la asamblea , sino en las municipalidades y regiones y eso significa poder de base. Una red que fue la fuerza histórica del partido comunista y que nadie tiene más porque los macronistas son una superestructura de poder sin elemento territorial.
El primer partido es RN con 136, seguido de Rencimiento del presidente Macron con 96. Mélenchon es la tercera fuerza francesa con 71 y el quinto puesto está disputado entre socialistas y Los Republicanos, el gran partido heredero de De Gaulle de la derecha francesa que había estado durante décadas el partido de gobierno en Francia.
Todo está muy desmenuzado y ahora habrá que ver cómo se reajustan los partidos, porque es evidente que en el Frente Popular hay opciones políticas incompatibles. Para tener una idea de la fragmentación basta con constatar que están representadas 14 fuerzas políticas, todas muy lejos de la mayoría presidencial (156), con los liberales del Frente Popular de los DVG (12) y el PSC alcanzaría sólo los 232 diputados. Lejos, por tanto, de la mayoría.
Con los ecologistas, que hasta cierto punto forman más parte del problema que de la solución en el caso francés, llegarían sólo a 264. Aquella alianza liberal socialista con la derecha gaullista permitiría alcanzar 296 escaños y cubrir así la mayoría. ¿Pero es viable esta gran coalición? En cualquier caso y provisionalmente esta fragmentación favorece a quien tiene el poder, que es Macron.
La perspectiva se mueve entre dos parámetros: los de los problemas no resueltos que han permitido que el RN estallara con tanta fuerza, a los que hay que añadir el aviso por endeudamiento y déficit excesivo que ha hecho la Comisión Europea al gobierno francés y la perspectiva de las elecciones presidenciales de 2027, que son las que marcan el horizonte político.