El Gobierno de España ha anunciado que, al fin, se pondrá en marcha la primera fábrica de baterías para los vehículos eléctricos. La fábrica se llevará a cabo gracias a la creación de un consorcio público-privado formado por el Gobierno, Seat, Volkswagen e Iberdrola. El proyecto supone el espaldarazo definitivo al encargo a Seat de un coche eléctrico pequeño para el grupo alemán, que se producirá en Martorell y que se anunciará este viernes.
El Ejecutivo asume así la advertencia lanzada por Seat, que mostró su disposición a invertir 5.000 millones de euros en la marca en parte para electrificar su catálogo de vehículos y la producción de Martorell, pero siempre y cuando hubiera algún tipo de acompañamiento gubernamental, en referencia a la necesidad de facilitar el aterrizaje del nuevo ecosistema de la automoción. Y en ese caso, tener una fábrica de baterías en España era un paso esencial.
Lo que es una duda de momento es dónde se ubicará la fábrica de baterías que construirá el consorcio y la inversión que será necesaria para llevarla a cabo. También debe confirmarse quién será el socio especialista en la fabricación de las celdas, aunque la compañía LG Chem figura en cabeza. El Ministerio de Industria lleva años, como otros gobiernos autonómicos —entre ellos la Generalitat de Cataluña— buscando potenciales inversores para asumir la gestión de esas instalaciones.
La noticia también se produce en un momento en que las administraciones se afanan en buscar un relevo para la marcha, a finales de 2021, de Nissan de las instalaciones de la Zona Franca en Barcelona, para lo que barajan proyectos de baterías eléctricas, ensamblaje de vehículos eléctricos y un hub de electromovilidad integrado por varias empresas.
LG Chem, filial de LG, y la francesa Schneider Electric han mostrado interés por los terrenos del fabricante japonés en la Ciudad Condal para producir baterías, pero no hay nada cerrado. La sueca Inzile es la única que ha dicho públicamente que quiere instalarse en Barcelona para producir camionetas eléctricas pequeñas. El 31 de marzo es la fecha tope para que las empresas que estén interesadas en el proceso presenten sus proyectos.
Por ahora, el Grupo PSA es el único fabricante que ensambla modelos eléctricos en sus tres factorías españolas (Vigo, Zaragoza y Madrid). En la aragonesa fabrica el Opel Corsa-e, mientras que en la gallega monta baterías y produce el Peugeot e-2008. El consorcio francés ha invertido 144 millones de euros en su centro madrileño para adaptarlo a la producción del nuevo Citroën C4, que también tendrá una variante de cero emisiones.
El vicepresidente Pere Aragonés ha manifestado que sí que estaba al tanto del proyecto y que, de hecho, estaba en la lista de iniciativas de la Generalitat, pero la realidad es que Seat e Iberdrola han dejado al margen al gobierno catalán y se han entendido directamente con la Moncloa. Sencillamente, el proyecto les ha pasado por encima, constatando la escasa significación política y económica que en este momento tiene la Generalitat. Cataluña dispondrá de una planta de fabricación de baterías y un modelo específico de coche eléctrico, pero el Gobierno de Cataluña no habrá tenido nada que ver. El hecho de que ni el Vicepresidente ni el Consejero de empresas asistan al acto parece más un acto de protesta que otra cosa.