Prácticamente, desde principios del siglo, desde 2004, el PSOE ha gobernado 12 años por 7 del PP. Si el cálculo lo extendemos desde el fin de la transición, es decir desde 1982, los socialistas han gobernado 26 años, casi el doble que los populares, que lo han hecho 14. Por tanto, para bien y para mal, el PSOE, y en los últimos años junto a UP, es lo que ha determinado la situación española.
Este hecho es muy evidente porque España se ha convertido en una singularidad mundial y europea en un determinado tipo de leyes que podríamos decir de ruptura antropológica. Ha hecho 3 leyes sobre el aborto, es de los pocos países que ha legalizado la eutanasia, el suicidio asistido, el matrimonio homosexual, la transexualidad con la sola decisión de la persona afectada sin informes ni necesidad de cambios visibles, la doble madre, la ley sobre la violencia de género única en el mundo al castigar más a los hombres que a las mujeres por un mismo delito. Ha implantado juzgados y policía específica para la violencia de género, etc. La suma de todas estas leyes imprimen una característica muy fuerte y única y sería lo que definiría la política de izquierdas.
Al mismo tiempo ha estado y está en la cola de Europa en ayudas a la natalidad, a la familia, uno de los dos países que presenta peores resultados en educación, en nacimientos, etc. Y quieras que no, esta sería otra caracterización del período.
Pero lo que siempre se ha pensado que define y diferencia a la izquierda de la derecha es la política económica. Y aquí es donde surge la extrañeza. Por ejemplo, según los datos del Banco Central Europeo, España es uno de los países que presenta una mayor concentración de activos bancarios, dado que 5 grandes entidades acumulan el 70% de los activos. Se trata, en concreto, del Banco de Santander, BBVA, La Caixa, Banc Sabadell y Unicaixa. Hay otros países que presentan mayores niveles en Europa, pero son pequeños, como Grecia, Estonia, Lituania, Luxemburgo e Irlanda. Pero este hecho de la concentración no se da en igual medida en Italia, que es del 51%, Francia del 50% y Alemania, donde los 5 primeros bancos controlan sólo el 31%. Esto con respecto a los activos bancarios.
Pero hay más factores que definen el perfil español y que son muy contrarios a lo que se puede pensar que supondría una política de izquierdas. Resumimos:
- Es el país que peor se ha recuperado de la crisis de la covid y que ha crecido menos desde el 2008.
- En las últimas décadas es uno de los países de Europa con mayor desigualdad. Entre 2015 y 2019 fue el 5º de la UE-27.
- Desde la crisis de 2008 es el país que peor evolución ha registrado en las rentas más bajas y las más altas porque es donde han aumentado más las diferencias.
- La causa del crecimiento de la desigualdad se ve en la evolución de las rentas del trabajo y del capital y en la limitada capacidad redistributiva de los impuestos.
- La clase media, entendida como la perceptora de rentas de esta naturaleza, se está reduciendo, por lo que su peso es menor que hace 30 años e inferior al de los países europeos desarrollados.
- Se ha cronificado la pobreza desde 2010 y en los últimos 15 años se ha duplicado el porcentaje de familias sin trabajo con niños.
España es un país que ha empeorado en renta, cohesión social, reducción de la pobreza, situación de la clase media, mejora del pequeño vértice que agrupa a personas con mayores ingresos y empeoramiento de los hogares con menores ingresos. Éste es el balance numérico de tantos años de gobierno de la izquierda. Habría que hablar más y más a fondo.