ERC ha cerrado un nuevo acuerdo con Sánchez para abstenerse en la votación que se producirá en el Congreso con motivo de la declaración de un nuevo estado de alarma anunciado como último. Es un cambio sustancial en relación con la votación anterior, que se concretó con un «No».
La pregunta es qué ha cambiado para que se modifique la posición de los republicanos catalanes. Es difícil averiguarlo, porque una de las explicaciones que han dado es desconcertante. Han argumentado que existe el acuerdo de que en la fase 3 la autoridad serán los respectivos presidentes de las CCAA.
La cuestión es que, si no se aprobara la prórroga, las CCAA, empezando por la Generalitat, tendrían un panorama mejor aún, porque recuperarían la plenitud de sus competencias hoy secuestradas por el estado de alarma. Sería el presidente, y no el «presidente-delegado» de Sánchez, quien decidiría. Esta es la conclusión del «éxito republicano».
Es difícil presentar este resultado como un acuerdo y más bien parece obedecer a la decisión de ERC de ser socio del gobierno, un hecho que no acaba de encajar con una perspectiva independentista.
Por si fuera poco, ERC ni siquiera ha cuestionado la invasión competencial que significa el ingreso mínimo vital tal como está planteado. La mayoría de las CCAA han reclamado el mismo trato que recibe el País Vasco y Navarra de manera que son los respectivos gobiernos autónomos quienes los gestionan y lo integran a sus recursos. Este sería el procedimiento no sólo normal, sino legal, porque hay que recordar que los servicios sociales son una competencia exclusiva de las autonomías y que ahora queda desvirtuada.
De hecho, si se presentara recurso en el Tribunal Constitucional, esta norma tal como está redactada sería suspendida con toda certeza. Y encima, el ministro Escrivá razona el trato favorable a vascos y navarros, afirmando que son los únicos que están preparados para ejecutar la medida con diligencia, que es una manera de declarar la incompetencia de todos los demás. Pero es que, al margen de los juicios subjetivos, más o menos acertados, del ministro hay que decir que la presunción sobre la capacidad del ejercicio competencial de ninguna manera liquida el derecho de ejercerlo.
Todo ello hace que realmente la actitud de ERC pueda producir asombro entre propios y extraños.