La voluntad del presidente Torra de no convocar elecciones y prolongar la legislatura todo lo que sea posible favorece la progresiva configuración del espacio catalanista. Cuanto más tiempo tengan, más posibilidades tendrán que presentar una candidatura fuerte. Esta evidencia no preocupa a Torra que está, igual que JxCat, pendiente exclusivamente de su adversario, ERC.
De momento, se formaliza un nuevo sujeto político, el anunciado Partit Nacionalista Català (PNC), que hará su primer congreso el 27 de junio. Entonces se verá claro cuánta gente procedente de la antigua Convergència y del PDeCAT se incorpora a esta nueva formación, qué capacidad de atracción de nuevas personas ha tenido a través del Grup de Poblet, y cuáles son sus liderazgos.
De momento lo único que está claro es que hay un portavoz provisional, Oriol Puig Bordas, que pertenece al Grup de Poblet.
También parece claro que la pandemia no ha ralentizado los contactos con Units per Avançar, y que por lo tanto lo más probable, a estas alturas, es un acuerdo entre estos dos grupos para ir juntos a las elecciones. La cuestión de fondo es si esta configuración limitada será suficiente para obtener una representación mínimamente significativa de diputados. En realidad, es una mímesis de la antigua CiU, porque tanto el PDeCAT como Units per Avançar son descendientes directos de aquella formación. ¿Será capaz de aportar respuestas en los tiempos de Covid-19, o quedará simplemente como un intento de rehacer un pasado que ya no existe? Este es el gran interrogante.
Por su parte, La Lliga, que ya hace semanas que abrió su sede, tiene clara su estrategia de conectar con el votante catalanista que hoy está situado en la abstención y en el rechazo desencantado de los partidos políticos actuales. Esta es una bolsa de voto muy importante que puede superar los 350.000 electores, si bien tiene el inconveniente de que precisamente su decepción con la política, y específicamente con la política catalana, hace que sea un votante difícil de movilizar.
El cuarto componente de este espacio es Lliures, que ha centrado su actividad en vigorizar su organización como partido político, si bien se mantiene el criterio de un entendimiento no concretada todavía con La Lliga.