Con toda certeza y desde la transición, no se ha visto unos gobiernos, a ambos lados de la Plaza de Santiago, más beligerantes con la Iglesia. Ahora el conflicto se ha vuelto a reproducir con motivo de la liturgia de beatificación del joven mártir Joan Roig y Diggle , de 19 años, miembro de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña que fue asesinado el 11 de septiembre de 1936 en Santa Coloma, donde fue llevado desde su domicilio en el Masnou por un pelotón de la CNT-FAI. El joven Joan Roig estudiaba y trabajaba y no tenía ninguna actividad política, simplemente era catequista en la parroquia de su pueblo. El acto tenía un especial interés para la diócesis y para la Iglesia, por la edad y la serenidad de la víctima ante sus verdugos. En el proceso de beatificación figura la última palabra que le dijo a su madre: «no te preocupes, god with me», en catalán e inglés pues eran sus lenguas maternas. También está el testimonio de uno de los miembros del grupo que lo asesinó «murió diciendo que les perdonaba a todos y que rogaría a Dios que les perdonara «.
Este magnífico testimonio que contrapone la serenidad y el amor, al odio, ha pasado desapercibido con la polémica, como también se han pasado por encima los motivos que llevaban a organizaciones políticas, como la CNT y la FAI, y de hecho a muchos partidos del bando republicano, a perseguir personas únicamente porque «eran de misa».
Al acto no asistió ni un solo consejero de la Generalitat, ni la alcaldesa de Barcelona, ni su primer teniente Alcalde Jaume Collboni. Sólo el cuarto teniente de alcalde, Albert Batlle . Desde que comenzó su mandato Ada Colau, que ha asistido a numerosas celebraciones religiosas musulmanas y de otras confesiones, no se ha hecho presente en ninguna celebración católica.
Ahora, el departamento de Salud anuncia que abrirá un expediente por la misa celebrada en la Sagrada Familia. Hay que recordar que es la segunda vez que hay un anuncio de este tipo. El anterior, no hace demasiados meses, fue con motivo del funeral por las víctimas de la pandemia, y que ha quedado en nada. En esta ocasión es más que probable que la Generalitat haya reaccionado debido a las críticas de algunos partidos y de una parte del mundo de la cultura y el espectáculo por el hecho de que el acto se realizara. Fue posible, cosa que muchos de los opinadores ignoran, previo el acuerdo del PROCICAT, que es quien regula todas las actividades que se llevan a cabo en estos tiempos de Covid-19. Incluso la ignorancia de esto ha llegadoa publicaciones del ámbito de la Iglesia, como Cataluña Religión que además de criticar a la Iglesia al considerar que el acto no debería haberse celebrado, afirma literalmente que no hay una buena comunicación institucional. El grado de desinformación con que se formulan conclusiones es alucinante. Junto con la autorización del PROCICAT se adoptaron medidas estrictas de acuerdo con lo que está establecido, pero además se limitó voluntariamente el aforo del 30% al 20% de la capacidad del templo. Con la acción de la Generalitat sobre la Iglesia, hay que recordar que ha habido los ataques de los ex presidentes, Torra y Puigdemont, contra el actual cardenal Omella así como la iniciativa bien polémica de presentar a bombo y platillo las inmatriculaciones de la Iglesia como si fueran un acto arbitrario.
Ahora la actividad en la red de personas del mundo cultural y la reacción de En Común Podemos por boca de Jéssica Albiach y de la CUP, presentan como un privilegio lo que ha sido un evento organizado de acuerdo con las prescripciones legales.
La importancia de esta beatificación viene reflejada porque en su bendición dominical el Papa Francisco se refirió a ella en término elogiosos. Hay que decir que, además, con estos ataques las instituciones catalanas generan un conflicto que tiene como principal receptor al Cardenal Omella que además es el presidente de la Conferencia Episcopal Española, y uno de los cardenales más cercanos al actual Papa. No es un buen enfoque.
Se puede entender que las personas que viven sometidas a las prohibiciones sin compensación, o casi sin, de la Generalitat, reaccionen airadamente porque su situación es difícil. Pero resulta incomprensible que sea el gobierno de Cataluña quien se deje arrastrar a polémicas tan inútiles demostrando la debilidad de su posición política.
Descargar Declaración del Arzobispado