Los desacuerdos en inmigración hacen caer al gobierno de coalición de los Países Bajos

Geert Wilders, el político neerlandés de la derecha radical conocido por su conservadurismo y sus postulados contra la inmigración masiva y el islam, ganó las últimas elecciones en los Países Bajos a finales de 2023.

A pesar de ello, habiendo obtenido un 23,5% de los votos carecían de apoyos para gobernar. Así pues, buscó aliar su Partido para la Libertad (PVV) con otras tres formaciones políticas, los liberales del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, su antiguo partido, los centristas del Nuevo Contrato Social y el Movimiento Agrario Ciudadano.

El precio que Wilders tuvo que pagar para poder gobernar fue ceder la plaza que en principio le correspondería como primer ministro de la coalición, que fue a parar a un funcionario público, Dick Schoof, paradójicamente un militante histórico de la socialdemocracia de carácter cristiano.

Sin embargo, después de las larguísimas negociaciones y menos de un año de coalición, Wilders retiró el pasado 3 de junio su apoyo a la coalición, provocando la caída del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones anticipadas (las de 2023 ya lo fueron), previstas el 29 de octubre.

La chispa que causó la implosión fue la exigencia de que sus socios de gobierno se comprometieran con un plan de 10 puntos sobre inmigración. Wilders explicó que «el PVV había prometido a sus votantes las políticas de asilo más estrictas de la historia», incluyendo «el cierre de fronteras a los demandantes de asilo». Promesas que sus socios de gobierno, asegura Wilders, han ido retrasando para evitar su aplicación.

El apoyo al PVV de Wilders se disparó hasta el 50% a principios de 2024 en un contexto en el que no conseguía encontrar la fórmula para poder gobernar, pero ha ido menguando desde el anuncio de la coalición Schoof hasta situarse codo con codo en torno al 20% con el VIC y una alianza de socialistas y ecologistas bajo las siglas GL-PvdA.

Seguramente el cálculo político del líder conservador para provocar elecciones anticipadas haya sido que no liderar al gobierno (de hecho, no es ni siquiera ministro) le ha ido haciendo perder visibilidad a lo largo de los meses. De hecho, durante los menos de 11 meses que ha durado el gobierno de Schoof, Wilders se ha mantenido al margen y ha seguido atacando al primer ministro y a los ministros de los demás partidos desde los bancos de la oposición.

El anuncio de Wilders llega también a escasos días de la victoria sorpresa del candidato nacionalista Karol Nawrocki en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Polonia. Ambos hombres mantienen posiciones políticas e ideológicas muy similares y se declaran cercanos al presidente de Estados Unidos Donald Trump.

Los Países Bajos hacen frente a una delicadísima situación de seguridad, tráfico de drogas y auge del islamismo, que ha llegado al extremo de tener que evacuar del país a la princesa heredera del trono. El propio Wilders se desplaza siempre con una escolta policial armada desde el año 2004.

Seguramente el cálculo político del líder conservador para provocar elecciones anticipadas haya sido que no liderar al gobierno (de hecho, no es ni siquiera ministro) le ha ido haciendo perder visibilidad a lo largo de los meses Compartir en X

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