Declaración de Converses ante las elecciones catalanas del 12M

La convocatoria de elecciones catalanas anticipadas es un claro reflejo de los graves daños que sufre nuestra vida política.

Por un ladoresulta tardía porque, en una práctica de democracia ficticia, el gobierno de la Generalitat ha intentado mantenerse en el poder con tan sólo 33 diputados de los 135 totales, una situación inaudita en cualquier democracia. Estas elecciones deberían haberse convocado en el momento en que el presidente Aragonès quedó en tan precaria minoría.

Por otra partela convocatoria resulta precipitada: la sequía y la falta de previsión gubernamental están causando un daño histórico, por lo que el gobierno debería haber permanecido en funciones hasta después del verano, asegurando la finalización de las obras y acciones previstas para paliar la situación.

Afirmamos que los partidos representados en el Parlament de Catalunya no cumplen en absoluto con la finalidad primordial de la política: la construcción del bien común. En cambio, priorizan de forma radical sus intereses partidistas, convirtiendo a estas organizaciones, que deberían ser simples medios para organizar y canalizar la opinión ciudadana, en fines en sí mismos.

Es evidente que los partidos políticos han dejado de presentar respuestas a las necesidades de la ciudadanía. Su principal preocupación es el reparto del poder entre las personas que ejercen el liderazgo, relegando a sus seguidores a una posición de subalternos. Deseamos destacar que una condición fundamental para la vida democrática es la amistad civil entre todos los que participan en la vida política, a pesar de las diferencias que puedan tener entre ellos. Es el reconocimiento mutuo de la existencia de una amistad motivada por el interés común en construir el bienestar de todos.

Ninguno de los partidos representados en el Parlament practica este principio esencial de amistad civil, lo que está contribuyendo al deterioro de nuestra democracia y de nuestras instituciones. En política democrática, no puede haber enemigos, sólo adversarios, puesto que son ellos quienes garantizan la pluralidad que justifica la democracia.

Rechazamos firmemente las descalificaciones, insultos y polarización radical que caracterizan la política actual. Estos comportamientos solo sirven para ocultar los errores, la incompetencia y la impotencia de los partidos políticos. Es fundamental que la política se base en el respeto mutuo y la búsqueda del bien común a través del diálogo racional y la negociación transaccional.

Es preocupante que los partidos y gobiernos no rindan cuentas de forma adecuada, lo que socava dos condiciones fundamentales de la democracia: la eficiencia y la eficacia. Urge que se investiguen a fondo las causas de la alta mortalidad durante la pandemia de COVID-19 y se extraigan lecciones para el futuro.

Lamentamos profundamente que, después de más de 40 años, Catalunya siga sin tener una ley electoral propia y se rija por un decreto provisional del Gobierno español de 1979. Esto refleja una triste muestra de impotencia política.

Ante esta situación, no podemos depositar demasiadas esperanzas en los partidos políticos para corregir sus errores. Confiamos en una respuesta activa de la comunidad cívica, puesto que de ello depende nuestra libertad, convivencia, cohesión social, prosperidad y bienestar, tanto en Catalunya como en España.

Observamos una anomalía en la política catalana: la ausencia de un espacio político del centroderecha.

¡Ya basta de una política degradada! ¡Es hora del bien común!

Basta ya de:

  • Elecciones tardías e improvisadas: un gobierno en minoría que no responde al pueblo.
  • Inacción ante la sequía: un daño histórico por la imprevisión del gobierno.
  • Partidos políticos: intereses propios por encima del bien común. Se han convertido en fines en sí mismos, olvidando su función de servir al pueblo. Priorizan sus cuotas de poder y las personalidades de sus líderes sobre ideas y propuestas racionales. La democracia se degrada, las instituciones se debilitan.
  • La polarización, insultos y descalificaciones ocultan la ineficacia y la incompetencia.

Reclamamos una política sana:

  • La amistad civil: un pilar fundamental de la democracia que brilla por su ausencia. Los partidos no se reconocen como compañeros en la construcción del bien común.
  • Diálogo racional y negociación para alcanzar acuerdos.
  • Priorizar el bien común y las necesidades de la población.
  • Rendición de cuentas y transparencia: saber cómo se gestionan nuestros recursos.

Cataluña, una anomalía en Europa:

  • Ausencia de una ley electoral propia: un síntoma de impotencia política.
  • No existe un espacio político de centroderecha que ofrezca alternativas democráticas inclusivas.
  • La política catalana se ahoga en un círculo vicioso sin soluciones.

¡Es hora de un cambio!

  • La comunidad cívica debe tomar las riendas: la libertad. La convivencia y el bienestar de Catalunya y España están en juego.
  • Necesitamos un espacio político plural que represente a todos los ciudadanos.
  • ¡Exigimos una política responsable y comprometida con el bien común!

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