De la celebración del Aquarius a la nave quemada

¿Quién no recuerda aquella celebración de la llegada de refugiados e inmigrantes en la nave Aquarius que fue emblema del partido socialista? De aquella fotografía, que se la llevó el viento, hemos llegado a la triste realidad de la nave industrial que se quemó en Badalona produciendo la tragedia de tres muertos, numerosos heridos, y pertenencias y documentos personales destruidos. Era un asentamiento que, con oscilaciones de su número de residentes y que ahora superaban el centenar, hacía unos diez años que existía.

Durante este periodo han gobernado en Badalona todos los colores políticos: socialistas, la amplia coalición de Dolores Sabater en la que participaban desde la CUP y Podemos, pasando por ERC y Albiol, el actual alcalde, en el período 2011- 2015. Ahora lo es sólo desde el mes de mayo. También durante este plazo la Generalitat, que, sobre todo con ERC, tiene un discurso de pedir que vengan refugiados, no ha hecho absolutamente nada para garantizar la seguridad de estas personas. Con un asentamiento de esta naturaleza se pueden hacer dos cosas: vaciarlo por razones de seguridad y salubridad, más en fase de pandemia, lo que obliga a encontrar lugar para las personas que viven, o, yendo al otro extremo, crear en su interior las mínimas condiciones de habitabilidad. Lo que no se puede hacer es simplemente ignorarlo dejando durante 10 años en manos de organizaciones que atienden las emergencias a hacerse cargo de la situación o descargando el peso en las ONGs, porque esta es una cuestión que atañe a los gobiernos.

Es sorprendente cómo a pesar de la importancia de la inmigración y del conflicto que ha planteado en Europa, no forme parte de la agenda política su tratamiento con propuestas concretas. Contrasta este hecho con lo que sucedía en Cataluña durante los años 60 y 70 del siglo pasado donde a pesar del franquismo y la falta de instituciones propias, se produjo un gran debate sobre la inmigración y lo que había que hacer. El libro de Candel Los otros catalanes se convirtió en un best seller, y Jordi Pujol ya desde los años 60 dedicó numerosas reflexiones escritas y libros publicados.

El vacío de hoy, que va desde declaraciones grandilocuentes sin traducción práctica a la nada, es una llamada de atención sobre la incapacidad de la clase política catalana de asumir realmente los retos que la sociedad tiene planteados. Un buen ejemplo de este hecho, en el mismo PSOE, es que de dicha recepción del Aquarius ha pasado, a la hora de gobernar, a mantener intocados los CIESy maquillar la valla de Ceuta y Melilla con «concertinas» a base de situarla unos metros más allá, formalmente en territorio marroquí. Pura hipocresía. También ha sido escandalosa la situación en Canarias. El gobierno no ha comenzado a actuar hasta que las páginas de los periódicos han ido llenas y se ha hablado de la Lampedusa española. Incluso, a pesar del escándalo, hay un transporte semiclandestino de inmigrantes de Canarias a la península, que el mismo gobierno niega.

Volviendo a la realidad aquí, hay que recordar que el caso de Badalona no es único. En la ciudad de Barcelona, gobernada por Ada Colau , cualquier día de este invierno se puede producir un accidente similar para 400 personas que viven en 70 asentamientos irregulares que se extienden por la ciudad, sobre todo en el distrito de Sant Martí. Hay que recordar que en 2015 había 412 personas en esta situación, es decir, ha pasado un quinquenio, el quinquenio Colau, y nada ha cambiado.

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