Han pasado varios meses más de lo previsto debido a las divisiones que marcan cada vez más la Unión Europa. Pero, finalmente, la flamante nueva presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, asumirá su cargo el domingo 1 de diciembre. Y llega con un programa ambicioso para sus primeros 100 días de mandato, estructurado en cuatro puntos clave.
Estos son proponer un mecanismo jurídico para garantizar sueldos mínimos dignos en toda la UE, lanzar el plan de inversiones ecológicas conocido como «European Green Deal», obligar a la transparencia salarial para asegurar el equilibrio entre hombres y mujeres, y finalmente proponer legislación para hacer frente a las implicaciones humanas y éticas de la inteligencia artificial.
No obstante, Von der Leyen también tendrá que afrontar numerosos obstáculos y muchos otros temas urgentes sobre los cuales tendrá escaso margen de maniobra.
La OTAN, ¿una alianza en desbandada?
El primer asunto que Von der Leyen tendrá que afrontar es la cumbre de la OTAN, que tendrá lugar el día 3 de diciembre en Londres. Una reunión caliente por la presencia de Emmanuel Macron, que recientemente afirmó que la alianza se encuentra en estado «de muerte cerebral». El presidente turco Erdogan, que recientemente compró sistemas de armas a Rusia desobedeciendo una regla básica de la OTAN, respondió al francés que es él quien tendría que hacerse mirar su propia «muerte cerebral». Y en medio de todos, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, que llegará deseoso de saber si los socios europeos están invirtiendo el 2% de su PIB en defensa.
Guardianes del comercio mundial
El segundo tema que influirá involuntariamente en los primeros cien días de Ursula von der Leyen es la regulación del comercio internacional. La Organización Mundial del Comercio se encuentra a estas alturas medio parada debido a la retirada de la Administración Trump y sus políticas proteccionistas, así como las de su rival chino. Este juego de titanes afecta negativamente a las economías europeas, atrapadas entre las dos principales potencias económicas mundiales. La Comisión Europea tendrá que mover cielo y tierra para contener la ira de Washington y Pequín y evitar nuevas escaladas masivas de aranceles.
Los presupuestos plurianuales de la UE
El 12 de diciembre los líderes europeos se reunirán en Bruselas para avanzar en los presupuestos plurianuales de la Unión Europea, que se elaboran cada siete años. Este año las negociaciones están siendo particularmente arduas y los próximos presupuestos, que tienen que empezar a aplicarse en 2021, todavía no están listos. Los estados de Europa central y del Este tienen prioridades muy diferentes a las de los países más ricos del Oeste y el Norte. Mientras los primeros exigen más ayudas al desarrollo regional, los segundos quieren reducir al mínimo los gastos. Y Von der Leyen tiene una prioridad diferente de ambos: financiar el «Green Deal» y aumentar un 30% el gasto en ayuda al desarrollo.
Huawei y el 5G
Otra cuestión delicada que robará tiempo a Von der Leyen es el despliegue de las redes de telecomunicaciones 5G. Mientras algunos países declaran la necesidad de estudiar atentamente las implicaciones de permitir al campeón chino Huawei que despliegue sus redes a través de Europa, otros parecen dispuestos a abrir de par en par las puertas a Pequín, a pesar de los peligros para la seguridad nacional y la falta de privacidad que denuncia la Comisión Europea.
Todo ello, sin contar con muchos otros temas que causan división entre los estados miembro y los eurodiputados, como la reforma de la política migratoria y de asilo, la política de vecindad, la integración en la UE de Macedonia del Norte y Albania o la fiscalidad y competencia de los gigantes digitales norteamericanos Google, Apple, FACEBOOK y Amazon (GAFA).