El escándalo popular por los abusos económicos del Parlamento no tiene fin. La gente se pregunta cómo es posible que durante tantos años, y con la colaboración de todos los partidos políticos, se produjeran abusos como el de pasar 5 años de la vida laboral sin trabajar y cobrando el 100% del sueldo. Se preguntan cómo fue posible y cuáles son las circunstancias que llevaron a adoptar esta iniciativa.
Lo que ha dicho el padre de la criatura, entonces presidente del Parlament de ERC, Ernest Benach, es que se decidió por unanimidad. Y aquí acaba la explicación, todo ello muy escandaloso y muy pobre. Hecho que no quita que tengan que salir grupos parlamentarios y la mesa del Parlament a dar la cara y explicarnos cómo ha sido posible todo esto y durante tanto tiempo, y, sobre todo, cuál fue el motivo de Benach para llevarlo a cabo.
Pero, aunque no merece tanta atención, resulta más escandaloso que los diputados siguen percibiendo sustanciosas dietas por desplazamientos, que lo hacen sin justificación ni pago fiscal. Es una práctica literalmente fraudulenta y no tiene justificación alguna. También al respecto ni mesa ni grupos parlamentarios nos explican el por qué continúa un sistema que el propio Parlamento ya dijo haber abolido por escandaloso.
Mientras, para entretenerse nuestro Parlamento trata y adopta acciones tan importantes como la de exigir que se retirara la escultura de un requeté, la imagen de un combatiente mal herido, junto con la placa de los Apóstoles de Montserrat. Hay que decir que corresponde a los catalanes del Tercio Requetés de la Virgen de Montserrat que combatieron en la Guerra Civil contra el bando republicano.
En la montaña hay una cripta, particular, en la que hay enterrados 319 soldados catalanes del tercio que murieron en las batallas de Codo y del Ebro. Estos soldados eran sobre todo carlistas, pero también había miembros de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña, de Acció Catòlica y La Liga. Eran personas que habían huido de Cataluña para que no las mataran las patrullas de control, bien por su adscripción política, bien sencillamente por sus creencias religiosas, como los casos de la FJCC y de Acció Catòlica.
En particular el exterminio de los jóvenes cristianos de la Federación, básicamente compuesta por estudiantes y trabajadores, fue terrible y el libro sobre su Martirologio detalla población por población de Cataluña los centenares y cientos de jóvenes que no habían cometido otro crimen que pertenecer a una organización específica de la Iglesia, y que por esa razón fueron asesinados.
Para mayor escándalo, cabe subrayar que estos catalanes fueron enterrados por el Tercio de la Virgen de Montserrat en la montaña, porque sus familias rehusaron que lo fueran, como era la idea oficial, en el Valle de los Caídos porque consideraron que no habían luchado por el régimen franquista, sino por sus ideales carlistas unos, católicos otros.
Este hecho mismo lo ha recordado ahora Carlos Javier de Borbón-Parma, quien ha subrayado que «los Requetés del Tercio no eran franquistas ni murieron por Franco». Naturalmente, como la estatua está en Montserrat para que el acuerdo del Parlament se cumpliera, era necesario que el Monasterio asumiera la decisión. Y por lo visto así ha sido, porque el 10 de enero se retiró el monumento que ahora permanece en un lugar desconocido y sin un destino claro, aunque el criterio inicial era darle un tratamiento museístico.
Que los defensores de Montserrat y de la Virgen (hay que recordar que los monjes fueron perseguidos y salvaron con dificultad sus vidas) se vean ahora expulsados simbólicamente de la montaña, genera un mar de dudas sobre si Montserrat sigue siendo la casa de todos o sólo de aquellos que tienen las ideas que hoy oficialmente se consideran políticamente correctas.
Pero no satisfechos con cancelar el símbolo requetero en Montserrat, el pleno del Parlament de Catalunya, el mismo que tiene prácticas fraudulentas pendientes de justificar, debatirá y someterá a votación una disculpa oficial por las mujeres condenadas por brujería. O sea, que el Parlament se entretiene en rescatar la calidad de las brujas y en rehacer la historia, ahora ya remontándose a los siglos XVI y XVII. Es una propuesta de resolución de ERC que tiene unas prioridades claras de gobierno, a la que los descendientes de CDC, es decir JxCat, le apoyan, la CUP y los Comunes. Los socialistas daban inicialmente su apoyo, hasta que se consideró que el debate y votación no debía realizarse en el marco de una comisión, sino en la solemnidad del plenario, y entonces el PSC ha preferido salir de la iniciativa por la puerta trasera. Vox, PP y Cs votarán en su contra.
La propuesta quiere dignificar y reivindicar a las brujas, impulsar los estudios con perspectiva de género sobre la caza de brujas e incorporar este hecho al currículo académico (o sea que tendremos a nuestros universitarios estudiando la brujería), llevar a cabo acciones divulgativas y, atención, revisar el nomenclátor para incluir el nombre de brujas en sus respectivos municipios como un ejercicio de “reparación histórica y de feminización de los nombres de las calles”.
Para la CUP, que siempre pone su toque, la persecución de las brujas enlaza con su visión crítica del sistema capitalista, aunque cuando estos asuntos ocurrían, el capitalismo quedaba lejos en el tiempo. Para redondearlo, y como no podía ser de otra forma, la resolución del Parlament coincidirá con un programa de Sense Ficció de TV3 titulado “Las brujas, la gran mentira” de Joanna Pardos.
Ya lo saben los ciudadanos de Cataluña, la brujería y las brujas deben formar parte de nuestro bagaje cultural y su importancia es tal que merece que sean reconocidas dedicándoles calles.
