De acuerdo con el atlas estadístico de Eurostat que estamos utilizando para esta radiografía comparada de Cataluña, es evidente que un factor del más alto interés es el de la pobreza y también el de la desigualdad.
Para valorar el primero disponemos de las personas en riesgo de pobreza para el año 2020 a nivel de NUTS-2 que hace posible diferenciar los resultados por autonomías. El valor medio de la UE es del 21,6% y Cataluña se sitúa ligeramente por encima de esa magnitud con un 23,2%. No es una buena cifra, dado que existe todo el peso de los países del Este y particularmente de Bulgaria y Rumanía además del sur de Italia, que hacen crecer esta magnitud representativa del conjunto.
En relación al contexto español, nos situamos en una posición intermedia. Nueve comunidades presentan mayores niveles de personas en riesgo de pobreza, mientras que otras 6 comunidades se sitúan en cifras mejores que las catalanas. Encabezan este ranking Navarra y País Vasco con valores que se sitúan entre 12 y 13%. Madrid, con el 21%, también presenta mejores resultados que Catalunya. Y aún lo hace con mayor claridad la vecina Aragón con un 18,8% de población potencialmente pobre. En contrapartida, la Comunidad Valenciana y Baleares presentan resultados claramente inferiores, sobre todo Valencia con un 29,7% de población en riesgo de pobreza.
Para medir la desigualdad el indicador que utiliza el atlas estadístico es la relación 80/20 que expresa el ratio de participación, que explica la relación entre la renta media del 20% de la población de mayor renta (el quintil más alto) en relación a la renta media obtenida por el 20% de la población con la renta más baja (en este caso el quintil inferior). Cuanto mayor es la cifra que expresa esta relación, mayor es la desigualdad.
El valor en el caso de España no lo diferencia por territorios y se sitúa en el 5,8, siendo, si hacemos la excepción de Bulgaria y Rumanía y el sur de Italia, uno de los estados junto a Portugal con un nivel de mayor desigualdad. De todas formas, y ésta es una sorpresa aparente, Alemania con un 6,5 aún alcanza una desigualdad superior.
Y de la pobreza y la desigualdad pasamos a considerar los ingresos en términos de PIB per cápita de igual poder adquisitivo. Si el valor medio de la UE es de 100, Cataluña está prácticamente nivelada con el 99, ocupa la cuarta posición a nivel español por detrás de Madrid, País Vasco y Navarra, que alcanza respectivamente los valores 114, 108 y 104. Aragón mantiene una notable proximidad con Cataluña con un 94 respecto al 100 de la UE, y si consideramos la relación renta y riesgo de pobreza, llegaremos a la conclusión de que este perfil socioeconómico presenta un mejor aspecto en el caso de Aragón que en el de Cataluña.
En relación a nuestro contexto cultural, los valores son claramente mayores que Valencia, sólo un 74% de la media europea, Baleares y el Languedoc-Roussillon. De hecho, Cataluña presenta valores muy parecidos o superiores a la mayor parte de regiones francesas con la excepción de Auvernia-Ródano-Alpes y naturalmente la región de París, que presenta un índice de 176. Francia desde este punto de vista presenta una imagen muy desequilibrada. Un conjunto del país que se sitúa poco o muy por debajo de la media europea, con las salvedades apuntadas, y una región de París que se eleva a niveles estratosféricos, sólo superados por regiones del sur de Irlanda. También hay que apuntar que la otra referencia clásica de Cataluña, Lombardía, está situada a mucha distancia de nosotros con un 123%, pero es que incluso la región del Lazio, que acoge la capital Roma,
Por último, es interesante contemplar la productividad laboral, con la que se puede constatar la relación con la referencia de la renta per cápita. Cataluña en este indicador presenta una situación no sustancialmente distinta que el conjunto de España, aunque mejor que la mayoría.
Toda la península, con la excepción del País Vasco, se sitúa por debajo del valor 100 comunitario, mientras que Euskadi alcanza el 101 y, por tanto, enrasa con esa magnitud europea. En este caso Francia presenta unos mejores resultados y, en consecuencia, es una señal de mayor competitividad. Por ejemplo, si cuando hablábamos de la renta en términos de igual poder adquisitivo, Cataluña avanzaba claramente el Languedoc, ahora en relación a la productividad laboral nominal pasa a la inversa porque esta región alcanza el 109, mientras que Cataluña se sitúa en el 94 .
Con mejores valores, además del citado País Vasco, encontramos Navarra y Madrid con 98 y 97 respectivamente. Por tanto, existe una relación bastante evidente entre este factor de la productividad y los resultados con renta per cápita. Siendo esto así, las regiones francesas tenderían a aproximarse a Cataluña en relación a los ingresos debido a su mejor productividad laboral.