Evidencia del declive económico
Es una evidencia: hace años que Catalunya no va bien. Digámosle declive, decadencia, un mal momento… No hagamos una cuestión de nombres, constatamos los hechos.
Comparativa del PIB per cápita
Un primer hecho, ni mucho menos el único, es el económico. Si se observa la evolución del PIB per cápita a lo largo de todo este siglo (2000-2022), se puede constatar cómo el crecimiento de Cataluña ha sido claramente inferior al español, el madrileño e incluso el aragonés, la región vecina que nos sigue en el ranking de renta per cápita. La diferencia no es pequeña. El coeficiente de crecimiento del PIB 2022/2000 es de 1,89 para España; 1,80 para Madrid; 1,86 para Aragón, y sólo de 1,68 para Cataluña.
Esta diferencia es grande y ha hecho que la relación entre España y Cataluña respecto al PIB per cápita se acerque ya a la igualdad. En 2000, esta relación era de 0,82, y en 2022 es de 0,93. Se ha reducido a más de la mitad, lo que significaría que a mediados del actual siglo, el PIB por habitante de España sería igual al catalán. Esto supondría un retroceso histórico, gradual pero significativo.
Incremento de población y PIB per cápita
Hay un segundo factor interesante a lo largo de todo este siglo que no puede omitirse del análisis: el gran incremento de población ocasionado por la inmigración con dos oleadas, una a inicios y otra en la última parte del siglo. Si observamos la relación entre el incremento del PIB per cápita y el incremento de la población en cinco casos diferentes (España, Cataluña, Madrid, Aragón y País Vasco), constatamos que existe una relación directa entre menor crecimiento de la población y mejor evolución del PIB per cápita.
Concretamente, el orden sería éste: el que presentaría una relación más favorable sería el País Vasco, que prácticamente carece de inmigración. Seguido de Aragón, que tiene poca; España, que expresa la media; Madrid y, en último término, Cataluña. La región de la capital de España ha registrado un incremento de población ligeramente superior al catalán, pero como concentra actividades más productivas, ha compensado este hecho.
Déficit vegetativo e inmigración
Esta lectura directa entre población e incremento del PIB per cápita puede realizarse en este caso por una razón concreta que no es generalizable: es consecuencia del déficit vegetativo; es decir, del hecho de que mueren más personas de las que nacen y, por tanto, todo el crecimiento demográfico es atribuible a la inmigración.
Bases económicas regionales
El hecho de que el País Vasco encabece el ranking con poca dinámica demográfica tiene una clara explicación en su fuerte base industrial, mientras que en Cataluña, que sigue siendo un país industrial, cada vez lo es en menor medida por el peso del turismo y las actividades conexas, entre ellas todo lo relacionado con la hostelería. Cataluña dio un vuelco en este sentido mucho antes de la crisis del independentismo. Es lo que, a grosso modo, viene a registrar los datos económicos de la evolución a lo largo del presente siglo.
La combinación de elevada inmigración y actividades de baja productividad es una de las causas centrales del bajón de Cataluña. No la única, pero sí una determinante, porque además tiene efectos colaterales que perjudican a otros aspectos.
Relación entre inmigración y empleo
La inmigración, en su dimensión en Cataluña, es consecuencia del tipo de puesto de trabajo que genera su estructura económica. Porque, como demuestran los estudios, lo que mueve a los flujos inmigratorios es la existencia o no de oportunidades de trabajar. Ésta es la causa fundamental.
Dificultad de enderezamiento
Enderezar todo esto es muy difícil y, además, pide romper algún plato, algo que ahora mismo parece inviable. Por tanto, sea declive, sea decadencia o mal momento, desgraciadamente este proceso de ir hacia abajo continuará a pesar de las “historias” que nos expliquen.