Queridos hermanos en la fe de Cristianos Socialistas. Me ha confortado y alegrado su escrito público, que se encuentra en la web del PSC, pronunciándose políticamente: “Salvador Illa, un presidente para unir y servir”.

Cuando uno de los problemas centrales de la política de nuestro país es la evaporación de toda presencia, referencia, testimonio cristiano, es gratificante que haga oír la voz desde este juicio.

Conozco a algunos de vosotros y tengo una buena amistad de años y de compartir tareas con personas que firman, aunque todavía no tengo la alegría de conocer a la mayoría. Por tanto, más allá de la fraternidad de la fe, hay, además en algunos casos, vínculos personales.

Desde esta doble condición os escribo públicamente en justa correspondencia a su Manifiesto.

Quiero deciros que estaría muy bien que este testimonio que ahora da a favor de Salvador Illa, se produzca en el futuro en relación con otras cuestiones, que más que atender al interés del partido, expresen su juicio cristiano y que más que halagar al poder político, sea capaz de hacer una crítica evangélica, cuando se lo merece. Lo digo, porque, si no, su testimonio de hoy puede ser mal entendido y confundido con el oportunismo político.

Hago esta mención por los precedentes.

Habría sido también reconfortante para el testimonio cristiano, haber oído su voz colectiva, o al menos individual, cuando el gobierno español aprobó la ley sobre la eutanasia, al tiempo que denegaba incorporar al presupuesto más gasto sanitario para garantizar los cuidados paliativos en toda la población.

También cuando la nueva ley del aborto, que excluye la existencia de un ser humano que debe nacer y está dotada de una fuerte naturaleza eugenésica. Habría estado bien que se hicieran oír voces socialistas cristianas que se alinearan con el Papa Francisco defendiendo la vida desde su concepción hasta la muerte natural.

O, para señalar cuestiones distintas, la exigencia de no dejar en un rincón, hasta llegar a decaer en la pasada legislatura, la ley de ayuda a los enfermos de ELA.

También habría sido bueno hacer oír la voz y decir que encargar al Defensor del Pueblo una indagación sobre la pederastia, pero solo limitada a personas vinculadas a instituciones católicas, cuando se sabe que son casos muy minoritarios que no llegan ni al 1% del total, significaba ignorar a las víctimas y a los causantes, y establecer una discriminación flagrante contra los católicos, que no se habría producido en relación con ningún otro grupo social.

Y me detengo aquí en la larga cita de hechos que han reclamado una voz cristiana, porque no quiero que piense que hago una especie de memorial de agravios a los cristianos socialistas, cuando solo pretendo ilustrar un poco la realidad.

Seguro que en Dignitas infinita encontrará una fuente de inspiración para sus pronunciamientos futuros, así como en las palabras de Francisco, por ejemplo en su discurso en los Estados Generales de la Natalidad de Italia, que, por cierto, sería algo muy necesario que lleváramos a nuestra casa.

Os reitero mi agradecimiento por su escrito y su vocación de mediación, con el convencimiento de que en el futuro también lo ejercerá desde el cristianismo hacia el partido. Les encomiendo de todo corazón al Santo Espíritu de Dios, el Paráclito, para que os acompañe en sus futuras iniciativas.

¡Paz y bien!

Josep Miró i Ardèvol

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3 comentarios. Dejar nuevo

  • Salvador Illa es un político socialista, honrado, valiente y buen cristiano. Un ejemplo a seguir, dado que el cristianismo y el socialismo pueden armonizarse. Salvador Illa es un humilde cristiano dentro de un partido. No podemos responsabilizarlo de las acciones que se deciden conjuntamente en un partido y en un Gobierno, pues no son decisiones individuales simplemente. Lo que sí puede afirmarse es que, sin lugar a dudas, Salvador Illa tiene vocación de mediación, respeta diferentes perspectivas, se preocupa por escuchar a todos, busca la colaboración, la confluencia, la cohesión y la conciliación. Podemos estar seguros que tendremos un Presidente de la Generalitat cuya preocupación principal es defender la dignidad de las personas especialmente vulnerables.
    Sin duda «Dignitas infinita» y las palabras del Papa Francisco serán una fuente
    de inspiración para futuros hechos, pero también atendamos a la realidad de que dentro de un partido existen personas que no son cristianas, que tienen derecho a voz política. Por tanto, no es justo reclamar a una sola persona la nueva ley del aborto o la ley de la eutanasia. Y, sobretodo, es doloroso tener que escuchar esa «reclamación» cuando se es un cristiano que defiende la fe, navegando en un mar de ideas que no siempre coinciden con las propias, pero que siempre intenta conciliar por el Bien común.

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  • […] socialistas» y reclamaban la presidencia de la Generalitat para Salvador Illa. Aquí está el comentario y, por tanto, hace innecesario repetir los […]

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  • Reflexionando sobre la respuesta al comentario de quienes se califican como «amigos» de algunos cristianos socialistas, lo primero decir que si escriben esta crítica «desde la amistad» ustedes podrían entender visiones más extensas y conciliadoras. Por tanto, podrán comprender que Salvador Illa respete las diferentes perspectivas dentro de su partido, busque la colaboración, la confluencia, la cohesión y la conciliación. Salvador Illa es un innovador, escribe despacio y con buena letra, se mueve en un nuevo camino de armonía. Una armonía que se aleja de confrontaciones estériles y bélicas, que sólo condenan a la división. Con ello no daña al cristianismo sino que, protagonizando un hecho histórico, se esfuerza por demostrar la compatibilidad con el socialismo, que algunos quieren negar, dificultar o directamente sepultar. Se percibe claramente en su texto que ustedes acusan a Salvador Illa de no ser un modelo cristiano. También le reprochan que tenga tolerancia con las voces no cristianas predominantes en su partido. Salvador Illa ha tenido la valentía de declarar públicamente su fe cristiana y jamás ha utilizado esto para, como ustedes afirman, ser presidente de la Generalitat. Hubiese ganado las elecciones también sin declarar su fe cristiana y, sin embargo, ha mostrado públicamente y con transparencia su fe. Por tanto, que respete todo el mundo un camino espiritual y político que, sin duda, va a innovar y se va a adaptar a los nuevos tiempos que vienen. Dejen de acusarle de todo y tiendan la mano para colaborar con él, si de verdad ustedes se definen como «amigos» de algunos cristianos socialistas, que por cierto, según ustedes simplemente se «califican» como cristianos. Escuchar ese atropello es de por si una injusticia. Busquemos lo que nos une y no lo que nos separa. Por supuesto, que responderán a esta reflexión nuevamente y no podré seguir reiterando lo mismo, pues los hechos del futuro tienen que acontecer para responder a su inquietud. Las respuestas ya no pueden ser simples palabras que, sin duda, volverían a ser rebatidas y argumentadas en una espiral infinita.

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