Converses ya ha apuntado como en los últimos 15 años, las economías de Estados Unidos y de Europa se han ido separando hasta llegar al punto actual en el que la primera es definitivamente más próspera que la segunda.
Una nueva compilación de datos realizada por el diario Politico Europe, propiedad del grupo alemán Axel Springer SE y, por tanto, poco sospechoso de sesgo proamericano, aporta nueva luz que demuestra que no sólo Estados Unidos se sale mejor en el ámbito de la economía inmediata, sino que todos los factores de fondo apuntan a que es América y no Europa quien mantiene unas bases de prosperidad más sólidas a largo plazo.
Repasamos cuáles son estos datos y qué implican.
1. Riqueza per cápita
Empecemos por lo más evidente pero no por eso menos importante. La diferencia en el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, esto es, la producción de una economía dividida por su población total, se ha prácticamente multiplicado por dos entre 1990 y 2023 . Estados Unidos ya dispone de una ventaja del 30% respecto a Europa (73.600 dólares contra 53.800). Peor aún, mientras que el PIB per cápita estadounidense sigue creciendo, el europeo se ha estancado desde el 2022.
2. Investigación y Desarrollo
De una forma similar al indicador anterior, la Investigación y Desarrollo (R&D) total pública y privada de Estados Unidos no ha dejado de crecer mientras que la europea está virtualmente estancada en torno al 2% del PIB desde 2008. Durante el mismo periodo, el dato estadounidense ha pasado de un ya aventajado 2,7% hasta el 3,6% en 2022.
3. Producción académica
Quizás uno de los indicadores más sujetos a interpretación, pero interesante igualmente, es el porcentaje de artículos académicos que se sitúan en el 1% de los más citados en el ámbito de la ingeniería y las ciencias. De nuevo los estadounidenses avanzan claramente a los europeos (1,7% contra 1,2% en 2022), aunque en este caso la diferencia en los últimos 15 años se ha reducido un poco. Las publicaciones chinas, en cambio, experimentan un auge constante y superan ya a las europeas en el último año analizado.
4. Energía
Gracias a sus reservas de petróleo y gas natural situadas en los subsuelos de Alaska y Texas, Estados Unidos goza de una sobreabundancia de energía fósil barata que abastece sus industrias a precios cada vez más competitivos respecto a los europeos. La diferencia en el precio del MWh de electricidad industrial se ha disparado desde 2000, cuando las empresas estadounidenses pagaban un 78% del precio que soportaban las europeas. En 2022, este porcentaje había caído hasta el 34%. Esto significa que la industria europea debe destinar tres veces más recursos financieros a abastecerse de energía eléctrica respecto a la competencia estadounidense. Peor aún, Europa es cada vez más dependiente de las importaciones de energía provenientes de Estados Unidos, lo que aventaja doblemente a este último.
5. Productividad
En un modelo económico donde la innovación tecnológica y la eficiencia, y no la cantidad, marcan cada vez más la diferencia, tener una buena productividad resulta indispensable. Estados Unidos se ha situado tradicionalmente en la punta de la productividad mundial, un liderazgo que mantiene también respecto a Europa, que ha perdido posiciones en los últimos 15 años después de alcanzar un nivel de productividad total de los factores (la que mide la capacidad productiva una vez aisladas las variables del trabajo y el capital) de cerca del 90% del norteamericano antes de la crisis de 2008. Hoy nos situamos en un 80%.
6. Potencia empresarial
El 73% de las 30 mayores empresas del mundo (medidas por capitalización versátil, una medida hasta cierto punto cuestionable pero que permite establecer comparaciones equitativas) son norteamericanas este 2024, como también lo son más de la mitad (el 56% ) de las principales 500. Europa sólo representa el 10% de cada uno de estos dos rankings.
7. Fertilidad
Una variable clave para prever la prosperidad a largo plazo es el número de hijos por mujer, ya que permite anticipar de alguna forma la disponibilidad de capital humano y social al menos equivalente a la existente en el momento presente. Históricamente, las mujeres estadounidenses han tenido más hijos que las europeas. En 2022 la ventaja de Estados Unidos se mantenía (1,7 contra 1,5 hijos). Sin embargo, en este aspecto ambos se encuentran en una situación difícilmente sostenible a largo plazo, que además tiene tendencia a empeorar desde los años 60 del siglo pasado, alejándose del umbral de sustitución generacional que los demógrafos fijan en 2,1 .
Todos los factores de fondo apuntan a que es América y no Europa quien mantiene unas bases de prosperidad más sólidas a largo plazo Share on X