Irlanda no quiere gastar en defensa

En su reciente y corta historia como estado independiente, Irlanda ha llevado a cabo una política internacional marcada por la neutralidad y por su distanciamiento respecto de la OTAN.

Esta postura irlandesa se ha combinado, sin embargo, por una notable dejadez de sus aparatos de seguridad, tanto interiores como exteriores.

De hecho, con cerca del 0,8% de su producto interior bruto, Irlanda es el Estado de la Unión Europea que menos gasta en orden público y seguridad, según datos de Eurostat para 2023.

Pero la diferencia respecto a sus socios europeos resulta mucho más flagrante cuando se trata de los presupuestos de defensa. En 2024, y según datos del SIPRI sueco, Irlanda es el furgón de cola del gasto militar europeo, con un despreciable 0,24% de su PIB destinado a las fuerzas armadas.

Cabe decir que hasta ahora, Irlanda ha salido admirablemente bien, y ha aprovechado más que ningún otro país los “dividendos de la paz” europea: sin enemistades ni rivalidades históricas (más allá del resentimiento hacia el Reino Unido), el país insular situado en el extremo occidental del Viejo Continente se encuentra en una situación de tranquilidad geopolítica casi inmejorable.

En el plano económico, Irlanda ha exprimido al máximo la estrategia de actuar como un paraíso fiscal de plena legalidad en el seno de la UE, iniciada como una salida a la grave crisis financiera de 2008. Gracias a su regulación por atraer multinacionales con actividades dentro de Europa, y en particular las grandes empresas tecnológicas, Irlanda lidera – y de paliza – el ranking de crecimiento del PIB per cápita de la última década: un 75% más entre 2014 y 2024 según datos de Eurostat.

Y, sin embargo, desde hace algunos años, los escasos y mal equipados patrulleros de la armada irlandesa advierten de un grave peligro para el modelo económico del país: la presencia continuada de navíos rusos en torno a la isla. Se sospecha que éstos están elaborando mapas de los cables submarinos. E Irlanda, por su modelo económico, tiene cada vez más: más de una cuarta parte de todos los intercambios de datos entre Europa y Norteamérica pasan cada día por la isla.

La neutralidad militar irlandesa se ha convertido en un rasgo tan característico de la identidad moderna del país que Irlanda es un simple observador de su propia seguridad marítima. Y esto genera riesgos no solo interiores, sino también para sus vecinos y el conjunto de los países europeos, que dependen en parte de las infraestructuras clave para la economía digital que acoge Irlanda.

El ministerio de defensa irlandés está tan sumamente subdesarrollado que no dispone ni siquiera de canales por los que alertar de amenazas a sus aliados europeos, porque carece de sistemas capaces de gestionar información militar clasificada.

La elección este año, en unos comicios marcados por una fuerte abstención, de una presidenta, Catherine Conolly, abiertamente opuesta a la creciente militarización de Occidente, corre el riesgo de generar aún más tensiones con los aliados europeos, así como incrementar los riesgos en su propia seguridad.

Collboni governa amb 10 dels 41 regidors del Ple. Creus que en la seva forma de procedir representa i actua d'acord amb els interessos i necessitats de la gent de Barcelona?

Mira els resultats

Cargando ... Cargando ...

Entrades relacionades

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.