Cataluña: el gran malestar (y II). Correlación de fuerzas. Junts se desmorona y Aliança Catalana emerge

La encuesta publicada por La Vanguardia dibuja un escenario político radicalmente cambiante. Si el primer artículo describía el malestar general con la política y el gobierno de Illa, este segundo se centra en los resultados electorales que se derivarían de unas elecciones. Las conclusiones son claras: el PSC perdería fuerza, Junts sufre un retroceso catastrófico y Aliança Catalana emerge como el gran ganador.

El PSC retrocede

El Partido de los Socialistas de Catalunya, pese a mantener el liderazgo, perdería seis escaños, pasando de 42 a 36, ​​y casi tres puntos de apoyo electoral. Un mal resultado teniendo en cuenta que gobierna en coalición implícita con ERC y Comuns, tras una campaña llena de promesas y publicidad institucional. El liderazgo de Illa se mantiene, pero mermado y con menos margen de maniobra. Mucha gente se pregunta con razón, que funciona mejor después de más de un año de gobierno. Tiene una respuesta positiva improbable. La pregunta contraria ofrece muchas posibilidades más de concreción. El resultado electoral salta a la vista.

El ascenso de Aliança Catalana

La sorpresa más destacada es el ascenso meteórico de Aliança Catalana, que gana ocho puntos porcentuales y multiplica casi por tres su base electoral. Pasaría de dos a diecinueve escaños, colocándose casi a la altura de ERC y Junts. Es una irrupción que sacude la estructura parlamentaria y muestra hasta qué punto el malestar ciudadano se ha traducido en un voto de protesta y en la búsqueda de nuevas opciones.

Junts, el gran derrotado

Junts per Catalunya registra el mayor desastre: cae de 35 a 21 escaños. Su alianza con Pedro Sánchez se ha revelado como un peaje electoral altísimo que no le ha aportado ningún beneficio tangible. Ni los pactos, ni las promesas del ejecutivo español han compensado la pérdida de credibilidad frente al electorado. La pregunta del millón es evidente: ¿de qué le sirve a Junts pactar con Sánchez si éste por sí solo no tiene fuerza para gobernar?

Todo esto es una ficción, que se hace evidente cuando un pequeño partido como Podemos puede hacer inviable el acuerdo sobre las competencias en inmigración. En realidad, parece que Junts paga el precio de una estrategia incomprensible que solo tendría sentido para mantener viva la esperanza de una amnistía para Puigdemont. Pero incluso esto, hoy, resulta cuestionado. Aliança catalana está a tan solo dos escaños y el «sorpaso» no es ya una especulación sino una probabilidad muy tangible.

ERC, resistencia frágil

Esquerra Republicana se mantiene en una posición delicada. A pesar de no sufrir una derrota como la de Junts, y ganar un escaño, ve cómo Aliança Catalana le pisa los talones y se convierte en competencia directa dentro del campo independentista. La fragmentación de este espacio hace imposible la configuración de un bloque unitario con capacidad real de gobierno.

Cuatro bloques parlamentarios

La estructura del Parlamento que sale de la encuesta puede dividirse en cuatro bloques principales:
  1. El bloque socialista: el PSC, con 36 escaños, es el partido con mayor fuerza pero sin capacidad de asegurar una mayoría.
  2. El independentismo fragmentado: Junts, ERC y Aliança Catalana suman 61 escaños, que con los cuatro de la CUP llegan a 65, aún por debajo de los 68 necesarios para la mayoría absoluta. Además, la incompatibilidad entre estos partidos hace inviable una estrategia común.
  3. La derecha unionista: Vox crece de manera notable, pasa de 11 a 16 escaños, y se convierte en uno de los ganadores. El PP, en cambio, cae y se queda aún más relegado, perdiendo dos escaños y más de un punto porcentual.
  4. Los testigos residuales: Comunes y CUP, con 5 y 4 escaños respectivamente, se mantienen en una presencia testimonial, sin capacidad de capitalizar el malestar ciudadano.

Vox crece, el PP pierde

Uno de los hechos más llamativos es el contraste entre Vox y el Partido Popular. Vox gana tres puntos y cinco escaños, pasando a 16 y consolidándose como fuerza en expansión en Cataluña. El PP, en cambio, confirma su papel marginal: ni siquiera ahora, con la posibilidad de ser alternativa en Madrid, logra crecer. Se ve relegado a una sexta posición patética, incapaz de salir de su eterna marginalidad catalana.

El PP tiene un problema en Catalunya, y esta es una carencia grave para gobernar España, aunque siempre cree obtener réditos electorales explotando un cierto tono anticatalanista en el resto de España. Quien haya tenido la buena idea de leer un libro imprescindible de Ramón de Abadal, Las lecciones de la historia, lo entenderá.

El voto del malestar

Los comunes, que pierden a un diputado, y la CUP, que se mantiene con cuatro, son incapaces de canalizar el malestar social. Seguramente, porque la ciudadanía los percibe como parte del sistema y no como alternativas reales. O como los hijos de casa buena; especialmente los cuperos, que tiene a los votantes con más renta de todo el electorado. El voto de protesta ha ido a parar a Aliança Catalana y, en parte, a Vox.

Un Parlamento ingobernable

El panorama que dibuja la encuesta es de un Parlamento ingobernable, dividido en bloques incapaces de articular una mayoría sólida. El PSC lidera, pero retrocede; el independentismo es fuerte en número, pero fragmentado; Vox crece, el PP cae y los comunes y la CUP son residuales. En definitiva, ninguna fuerza ni bloque puede garantizar un gobierno estable.

Las dos grandes coordenadas

De la encuesta se pueden extraer dos coordenadas fundamentales que explican el cambio de escenario:
  1. La política como problema: el rechazo a los partidos y a la gestión institucional es tal que erosiona todas las opciones tradicionales y alimenta el voto de protesta.
  2. La inmigración como cuestión creciente: ha pasado de ser un problema marginal a situarse en lo alto de las preocupaciones sociales. Es una variable que puede determinar el futuro del mapa electoral. Es maravilloso ver cómo los prejuicios ideológicos de los partidos dejen crecer un problema hasta convertirlo en explosivo.

El futuro inmediato

Con todo, queda claro que el ciclo político iniciado hace una década entra en una nueva fase. La hegemonía del PSC y de sus aliados se ve cuestionada, Junts sufre un descalabro histórico y aparecen nuevos actores que pueden condicionar de forma decisiva el escenario. La encuesta no solo refleja tendencias puntuales, sino que apunta a un cambio estructural en la política catalana, que abre la puerta a nuevas presencias.

El PSC retrocede, Junts se hunde, Vox crece y Aliança Catalana emerge como ganador: la encuesta dibuja un Parlament fragmentado e ingobernable Compartir en X

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