Federico García Lorca, que perteneció a la Generación del 27, fue principalmente un poeta y un dramaturgo. En el primer caso, de gran influencia y popularidad en la literatura española del siglo XX y en el segundo caso, considerado como una de las cimas del teatro español también del siglo XX.
Nació en Fuente Vaqueros, Granada, el 5 de junio de 1898 en el seno de una familia de posición desahogada. Durante su infancia dejarían el entorno rural para instalarse en Granada, con gran añoranza por parte de García Lorca. Más adelante, se trasladaría a Sevilla para estudiar Filosofía y Letras y Derecho.
Junto a su afición por la música, en concreto el piano, empieza a reunirse con otros jóvenes intelectuales en las tertulias que se celebran en El Rinconcillo del café Alameda. Recibe clases de Fernando de los Ríos (Derecho Político Comparado), que era amigo de la familia y ejerciente protector, y de Martin Domínguez Berrueta (Teoría de la Literatura y las Artes). Con éste y con sus compañeros realizó una serie de viajes por diferentes lugares castellanos que despertaron su vocación como escritor.
Al respecto, escribió su primer libro de prosa, “Impresiones y Paisajes”, 1918. En la primavera de 1919, una vez que convenció a su padre, pudo desplazarse a Madrid, e ingresar en la Residencia de Estudiantes. Allí conoció e hizo amistad con Dalí y Buñuel. También con Rafael Alberti. Fueron años de trabajo intenso, complementado con visitas (en particular Toledo), conferencias y encuentros.
Escribe “Libro de Poemas”, que no se publicaría hasta 1921; compone sus primeras “Suites”, y estrena “El maleficio de la mariposa” (que tuvo escaso éxito). Conoció e hizo amistad duradera con Juan Ramón Jiménez, quien le ayuda a publicar algunos versos en revistas de prestigio (La Pluma, Índice…). Regresa a Granada y entabla relación con Manuel de Falla, que lo lleva al estudio del folclore, del cante jondo y de la canción popular. Fruto de esta relación, escribe en 1921 “Poema del cante jondo”, que no se publicaría hasta diez años más tarde.
recibe la invitación de Dalí para pasar la Semana Santa en Cadaqués, repitiendo la visita dos años más tarde.
De vuelta a Madrid, recibe la invitación de Dalí para pasar la Semana Santa en Cadaqués, repitiendo la visita dos años más tarde. En el ínterin, publicaría precisamente “Oda a Salvador Dalí”, al tiempo que se iniciaría en la pintura (sus “pinitos”, se expondrían en la galería Dalmau de Barcelona en 1927).
A continuación, participa en los actos conmemorativos de los tres-cientos años de la muerte de Góngora, organizados por la Sociedad Económica de Amigos del País de Sevilla. En esta celebración, conjuntamente con otros ilustres escritores, empieza a conformarse la llamada “Generación del 27” o también, entre otras denominaciones “Generación de la Amistad”.
Llegan tiempos difíciles, que calificó como “la crisis más honda de mi vida”.
Llegan tiempos difíciles, que calificó como “la crisis más honda de mi vida”. Y ello, a pesar de que sus obras estaban gozando de gran éxito crítico y popular, en especial “Canciones” y “Romancero Gitano”. Pero su íntimo amigo, Emilio Aladren, lo había abandonado; Dalí y Buñuel le criticaban por entender que había vuelto al estilo tradicional; recibía mofas por su vinculación con los gitanos… Superó el bache con nuevos proyectos: la edición de la revista Gallo y la obra “Amor de Don Perlimplim con Balisa en el jardín”, aunque de aquella solo se publicarían dos números y ésta fuese prohibida por la censura de Primo de Rivera.
Así las cosas, a mediados de 1929, acompañando a Ginés de los Ríos, viaja a Nueva York que la califica como “ciudad de alambre y muerte”, aunque le supuso una experiencia muy útil. Volcaría sus impresiones en el libro “Poeta en Nueva York”, (1930). A principios de este año viaja a La Habana, emprendiendo nuevos proyectos como las obras teatrales “El Público” y “Así que pasen cinco años”(1931).
A su regreso a España se encontró con que acababa de instaurarse la Segunda República.
Colabora con entusiasmo en varias iniciativas culturales. Bajo los auspicios de los comités de cooperación intelectual, dio conferencias en distintas partes del país y particularmente organiza el teatro universitario La Barraca, que codirige junto con Eduardo Ugarte a partir del verano de 1932. Su experiencia en estos menesteres fue decisiva para su carrera como dramaturgo, aprendiendo el oficio de director de escena. En 1933 viajó a Buenos Aires, invitado por la compañía de Lola Membrives que representaba su celebrada obra “Bodas de Sangre” recién publicada.
Durante su estancia en Argentina pudo dirigir “Mariana Pineda”, obra escrita en 1927, “La zapatera prodigiosa” y “Retablillo de Don Cristóbal”, ambas aparecidas en 1930. De regreso a España en 1934, mantuvo un elevado ritmo creativo: terminó en este año “Yerma”, “Doña Rosita la soltera”, en 1935 y “La casa de Bernarda Alba” en 1936. A continuación, realiza una corta estadía en Montevideo.
En estos momentos en España se estaba en la antesala de la guerra civil. Los embajadores de Colombia y México, previendo que el poeta pudiera ser víctima de un atentado debido a su puesto de funcionario de la república, le ofrecen el exilio. Lorca lo rechaza y se reúne con su familia en Huerta de San Vicente. Llegó allí el 14 de julio de 1936, tres días antes de que estallara la sublevación militar.
En Granada la situación era tranquila hasta el 20 en que la guarnición militar de la ciudad se subleva. Empiezan las detenciones y represalias. Su cuñado, Manuel Fernández Montesinos, que era alcalde de la ciudad, es arrestado y fusilado. García Lorca opta por pasarse a la zona republicana, protegerse en casa de Manuel de Falla o en la del poeta Luis Rosales. Escoge esta última opción, dado que dos hermanos del poeta eran destacados falangistas.
A pesar de ello, el 16 de agosto de 1936, en medio de un aparatoso despliegue policial, la guardia civil lo detiene. Es trasladado a las dependencias del Gobierno Civil y luego al pueblo de Viznar, siendo fusilado en la madrugada del día 18 en el camino que va de esta localidad a Alfacar. Acababa de cumplir los treinta y ocho años de edad.