Dos encuestas pronostican una mayoría absoluta del PP y Vox en unas hipotéticas elecciones generales

Las últimas encuestas electorales pintan un panorama favorable para la derecha española. Dos sondeos publicados esta semana –uno elaborado por Ipsos para La Vanguardia y otro de DYM para 20 Minutos– coinciden en que, si ahora se celebrasen elecciones generales, el Partido Popular (PP) y Vox sumarían suficientes escaños para gobernar con mayoría absoluta. Al mismo tiempo, reflejan la dificultad del bloque de izquierdas, lastrado por la división entre Sumar y Podemos, para alcanzar una mayoría parlamentaria alternativa.

Metodología de los sondeos: tamaño y técnicas de muestreo

La encuesta de Ipsos para La Vanguardia

Se realizó entre el 15 y el 21 de mayo con una muestra amplia de 2.000 personas, combinando entrevistas online (CAWI), 1.400 encuestados, y entrevistas telefónicas (CATI), 600 personas, a teléfonos móviles (81%) y fijos (19%) marcados aleatoriamente. El muestreo fue proporcional a la población española, con cuotas demográficas y geográficas (por comunidad autónoma, tamaño de municipio, sexo y edad) para garantizar la representatividad. El cuestionario tuvo una duración media de 10 minutos y, tras ponderar los datos (incluyendo por recuerdo de voto en 2023), el margen de error estadístico se estima en ±2,2 puntos porcentuales, con un nivel de confianza del 95,5%.

Esta sólida ficha técnica, junto con la promesa de publicar los microdatos en la web del diario, aporta transparencia a la encuesta.

El sondeo de DYM para 20 Minutos

Por su parte, el sondeo de DYM para 20 Minutos llevó a cabo 1.057 entrevistas online aleatorias entre el 14 y el 19 de mayo. Se aplicaron cuotas de muestreo por sexo, edad y ocupación, buscando reflejar la estructura del electorado, aunque no se detallan cuotas por territorio en la ficha publicada. El margen de error de este estudio es aproximadamente ±3,1% para un nivel de confianza del 95,5%, en el supuesto más desfavorable (p=q=0,5).

Ambos sondeos cubren el mismo ámbito (votantes de 18 o más años en toda España) y se realizaron casi simultáneamente en mayo, si bien utilizan metodologías diferentes (mixta online/telefónica en Ipsos vs. panel online en DYM) y tamaños muestrales dispares. Estas diferencias metodológicas pueden ayudar a explicar algunas variaciones en los resultados de voto estimado que comentaremos a continuación.

Intención de voto: el PP aventaja al PSOE mientras Sumar y Podemos caen

En intención de voto, los dos estudios señalan una ventaja cómoda del PP sobre el PSOE, aunque difieren ligeramente en su magnitud.

Según el sondeo de Ipsos para La Vanguardia, el PP obtendría un 34,4% de los votos y el PSOE un 30,4%, lo que supone una brecha de unos 4 puntos porcentuales. En cambio, la encuesta de DYM para 20 Minutos amplía la diferencia: asigna al PP un 35,9% del voto estimado, frente al 28,7% para el PSOE, es decir, 7,2 puntos de ventaja popular. Pese a las discrepancias, ambas fuentes coinciden en el orden de preferencia: el PP se mantiene como primera fuerza, consolidando la tendencia al alza que inició tras el bache sufrido el pasado otoño (cuando llegó a caer al 33% tras la DANA de octubre). Los socialistas, por su parte, permanecen estancados en torno al 28-30%, unos tres puntos por debajo de su resultado en las elecciones de julio de 2023 (31,7%).

La tercera posición sigue correspondiendo a Vox, con una estimación de voto que ronda el 12%–14% según la fuente. DYM le adjudica un 12,3% (un nivel prácticamente idéntico al 12,4% que obtuvo Vox en las urnas en 2023), mostrando una ligera recuperación respecto a sondeos previos en los que llegó a bajar del 12%. Ipsos, en cambio, detecta un apoyo algo mayor para el partido de Santiago Abascal (14,1% de los votos). En cualquier caso, Vox se mantiene como fuerza clave y no sufre un desgaste significativo a pesar del crecimiento del PP, gracias a una alta fidelidad de voto (según DYM, el 84% de quienes votaron a Vox en 2023 repetirían ahora).

Donde sí hay diferencias marcadas entre las encuestas es en el espacio a la izquierda del PSOE. Ambos sondeos confirman el desplome de Sumar y Podemos en caso de concurrir por separado, pero discrepan en el reparto relativo entre ambas marcas.

El estudio de Ipsos refleja una debacle mayor para Podemos, al que apenas concede un 2,7% de voto, frente al 5,8% para Sumar. En total, la “izquierda alternativa” sumaría alrededor de 8,5% de los sufragios, lejos del 12,3% que alcanzó la candidatura unitaria de Sumar en 2023. En cambio, la encuesta de DYM muestra a Podemos más fuerte, con 5,1% de intención de voto –su mejor dato desde la ruptura con Yolanda Díaz– y a Sumar con un 6,2%. Entre ambos rondarían el 11,3% de votos, apenas un punto por debajo de lo que obtuvo Sumar cuando incluía a Podemos hace dos años.

Es decir, DYM sugiere que la base electoral conjunta de ambas fuerzas casi no habría mermado en votos totales, mientras Ipsos apunta a una fuga mayor de esos apoyos hacia la abstención u otros partidos (de hecho, Ipsos destaca que el espacio conjunto de Sumar+Podemos habría encogido cerca de 4 puntos porcentuales respecto a 2023).

Parte de esta discrepancia podría explicarse por las metodologías: las encuestas online tienden a captar mejor a votantes más jóvenes o movilizados en redes –donde Podemos mantiene cierto tirón–, mientras que las telefónicas podrían infrarrepresentar a este segmento. Con todo, ambos sondeos coinciden en el mensaje central: la división de la izquierda alternativa sería catastrófica electoralmente.

Reparto de escaños y posibles mayorías parlamentarias

La traducción de esos porcentajes en escaños parlamentarios confirma un escenario muy complicado para la continuidad del actual gobierno de coalición.

De acuerdo con el sondeo de Ipsos/La Vanguardia, el PP obtendría alrededor de 145 escaños y Vox unos 43, consolidando juntos una mayoría absoluta holgada (188 diputados, cuando la mayoría está en 176). La encuesta de DYM/20 Minutos ofrece un resultado similar: entre 153 y 157 escaños para el PP, y 30–33 para Vox, sumando en total 183 a 190 diputados para el bloque conservador. En palabras de 20 Minutos, “el bloque PP-Vox seguiría garantizándose al superar con amplitud la barrera de 176 diputados”.

Cabe señalar que, aunque Alberto Núñez Feijóo rozaría la cifra de 156-157 escaños en el mejor escenario, el PP solo no llegaría a la absoluta y necesitaría a Vox como socio de investidura. Aun así, con estos números la formación de una coalición PP-Vox sería aritméticamente viable y contaría con un colchón de hasta quince diputados por encima de la mayoría.

En cambio, el bloque de investidura progresista que permitió la reelección de Pedro Sánchez quedaría lejos de la mayoría en estos sondeos. El PSOE, con 128 escaños estimados según Ipsos (en torno a 117–121 en la proyección de DYM), podría incluso mejorar ligeramente su representación actual (121 diputados) gracias a haber recuperado alrededor de 7 escaños respecto a 2023. Sin embargo, sus potenciales aliados por la izquierda se hundirían: La Vanguardia cifra en solo 5 escaños los que obtendría Sumar y 2 escaños los de Podemos, mientras DYM les otorga entre 9 y 11 y 4 o 5 respectivamente. Sumando las dos fuerzas, apenas alcanzarían de 13 a 16 diputados, aproximadamente la mitad de los 31 escaños que logró Sumar unificada en 2023.

Esta drástica pérdida de representación a pesar de conservar casi el mismo porcentaje de votos conjuntos se explica por el sistema electoral español, que penaliza duramente la división del voto en fuerzas menores: al concurrir separadas, Sumar y Podemos dilapidarían muchos sufragios sin obtener escaño en provincias donde ninguna de las dos alcance el umbral necesario. El efecto neto sería un Parlamento donde la izquierda alternativa se torna casi irrelevante, frenando cualquier suma mayoritaria progresista.

De hecho, incluso agregando los escaños de partidos nacionalistas e independentistas –como ERC (7), EH Bildu (6), PNV (6), Junts (5), BNG (2), etc.– el bloque encabezado por el PSOE no llegaría al objetivo.

En el escenario de Ipsos, por ejemplo, ERC repetiría con 7 diputados, Bildu conservaría 6, Junts bajaría de 7 a 5, PNV subiría de 5 a 6 y BNG de 1 a 2, mientras Coalición Canaria mantendría su escaño y UPN (aliado tradicional del PP en Navarra) se quedaría sin representación. Aún sumando todas esas fuerzas minoritarias al PSOE y a Sumar/Podemos, la aritmética no alcanza los 176 escaños. En cambio, la derecha podría incluso gobernar sin necesitar a esos partidos regionales, una novedad respecto a la fragmentada legislatura actual.

La diferencia fundamental entre las dos encuestas no radica en el porcentaje de votos, con la excepción de Podemos en la que la estimación de Ipsos le otorga casi la mitad  (2,7%) que a la de DYM (6,2), explicable en parte por el escaso número de votos y el margen de error diferencial. La empresa que encuesta para La Vanguardia es muyo mas “optimista” con Sánchez y “pesimista “ con Sumar, que DYM, algo común al CIS de Tezanos, aunque en este ultimo caso el “optimismo” resulte desmesurado.

Con el tamaño de la muestra la asignación de escaños por circunscripciones solo es posible por la existencia de modelos que relacionan los votos con los escaños, dado que es imposible obtener muestras representativas de cada circunscripción. Es por tanto el grado de acierto de esta cocina, lo que diferencia cada ENCUESTA

Tendencias políticas y valoración de los resultados

Desde una perspectiva técnica, ambos sondeos presentan datos consistentes y coherentes con sus respectivas metodologías y con la evolución observada en meses anteriores. Las pequeñas divergencias (por ejemplo, la distinta fortaleza relativa de Podemos o Vox) entran dentro de lo esperable dado el margen de error y las diferencias en cómo se recogieron los datos.

Conviene recordar que, con 1.000 encuestas, las fluctuaciones de 2 o 3 puntos pueden deberse al azar muestral. En este sentido, la robusta muestra mixta de Ipsos aporta mayor precisión estadística, mientras que el barómetro de DYM –publicado regularmente– permite apreciar tendencias de forma continuada.

Ambos detectan las mismas tendencias generales: ligera recuperación del PSOE desde finales de 2023 pero insuficiente, fortaleza sostenida del PP, un Vox estable tras haber tocado suelo meses atrás, y un espacio Sumar/Podemos debilitado y con su electorado desmovilizado y dividido. No se aprecian contradicciones flagrantes entre los dos estudios; por el contrario, se refuerzan mutuamente en el diagnóstico de la situación política actual.

La valoración política de estos resultados es clara.

Si las elecciones generales se celebrasen ahora, la oposición de derechas tendría la vía libre para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa. El Partido Popular de Feijóo se consolida como la primera fuerza y recupera la iniciativa tras su decepción poselectoral de 2023. Con alrededor de 35% del voto y una fidelidad altísima (más del 88% de sus votantes de 2023 volverían a apoyarle, según DYM), el PP capitaliza tanto el desgaste natural del Gobierno como ciertos errores puntuales (por ejemplo, el apagón eléctrico de abril generó críticas que han podido pasar factura al PSOE).

Vox, por su parte, logra mantener su suelo electoral e incluso muestra síntomas de mejora, especialmente entre los votantes jóvenes –Ipsos detecta que Vox es, sorprendentemente, casi tan apoyado como el PSOE entre los menores de 35 años, y más que el propio PP en ese segmento–. Santiago Abascal podría retener prácticamente todo su grupo parlamentario actual e incluso ampliarlo ligeramente, confirmándose como socio imprescindible para un gobierno de derechas. La posible aparición de nuevas opciones a la derecha del PP, como el efímero partido Se Acabó La Fiesta (SALF) de Alvise Pérez, no altera este equilibrio: tras un amago inicial, SALF se desploma hasta el 0,7% y perdería cualquier opción de escaño, quedando irrelevante frente a Vox.

En el lado izquierdo, las encuestas son un toque de atención severo.

El PSOE de Pedro Sánchez puede encontrar cierto consuelo en haber aguantado el tipo –incluso rozando su porcentaje de 2023 en el sondeo de Ipsos– y en la mejora de la percepción de su gestión (la aprobación ciudadana del Gobierno ha subido 8 puntos desde noviembre, situándose en 36%). No obstante, su pérdida de apoyos respecto a las últimas generales (unos 3 puntos menos) y la baja retención de votantes (sólo 74% fidelizados según DYM) indican estancamiento.

Más grave aún es la situación de sus potenciales aliados: Sumar y Podemos pagarían muy caro su divorcio. La coalición de Yolanda Díaz retiene menos de la mitad de sus votantes de 2023, con importantes fugas hacia el PSOE (hasta un 15% de sus antiguos apoyos) y hacia el partido de Ione Belarra (casi un 23% se irían a Podemos). Por su parte, Podemos logra recuperar algo de pulso entre los descontentos de Sumar, pero difícilmente podría traducir ese 5% de votos en más de 4 o 5 escaños. La suma de sus fuerzas divididas no alcanza para sostener una mayoría progresista, y el sistema electoral castiga duramente esa separación. Este panorama aumentará la presión para que ambas formaciones encuentren una vía de entendimiento antes de los próximos comicios, so pena de facilitar una victoria aplastante de la derecha.

En conclusión, las encuestas de La Vanguardia20 Minutos dibujan un escenario político inverso al de hace dos años: el centroderecha español aventaja claramente a la izquierda y estaría en condiciones de formar gobierno sin depender de fuerzas minoritarias. Queda todavía mucho tiempo por delante –las elecciones generales tocan en 2027– y los sondeos no son predicciones infalibles, pero las tendencias actuales son incuestionables.

El Gobierno de coalición de Sánchez navega contra viento y marea, confiando en cambiar el rumbo en los próximos años, mientras que Feijóo y Abascal ven cada vez más cerca la posibilidad de una mayoría parlamentaria para gobernar juntos. De mantenerse esta fotografía, la batalla política girará en torno a si la izquierda logra reconstruir su espacio y movilizar a sus votantes para cerrar la brecha, o si por el contrario la derecha consolidará la ventaja que hoy le otorgan las encuestas, allanando el camino para un relevo en el poder en la próxima cita con las urnas.

Un dato llamativo, sobre todo de la encuesta de IPSOS, es que no registra ningún efecto negativo para el gobierno del “Gran apagón” ni de la acumulación de posibles casos de corrupción, ni las anomalías sistemáticas en los ferrocarriles.

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