El gobierno de España durante este primer ciclo bursátil lo ejercieron sucesivamente la Junta de Defensa Nacional, la Junta Técnica y los tres primeros gobiernos de Franco.
Junta de Defensa Nacional
La Junta de Defensa Nacional se constituyó a los pocos días del Alzamiento en Burgos, el 24 de julio de 1936, para asumir de forma colegiada “todos los Poderes del Estado” en el territorio bajo control. Fallecido en accidente de aviación el general Sanjurjo, fue el general Miguel Cabanellas quien la presidió. Compuesta por siete vocales, obviamente todos militares, no incorporaba al general Franco. No entraría a formar parte de la misma hasta el 3 de agosto con ejercicio efectivo a partir del 17 del mes siguiente.
Tres días más tarde, tiene lugar en Salamanca una reunión de la Junta para formalizar un mando militar único, eligiéndose para ello a Francisco Franco Bahamonde, siendo así nombrado Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de los ejércitos (la proclamación tuvo efecto el día 1 de octubre de 1936).
La Junta de Defensa Nacional quedaba así extinguida con la transmisión de poderes a Franco (en el futuro se crearían dos organismos con este nombre, uno en 1939 finalizada la guerra como órgano asesor del Consejo de Ministros y otro en 1967 para asesorar al Gobierno en materia de defensa).
Junta Técnica del Estado
El Caudillo pone entonces en funcionamiento la Junta Técnica del Estado. La presidirá el general Fidel Dávila y sus cometidos son los propios de un Consejo de Ministros. En la misma, junto a los militares, participan también civiles para encargarse de las tareas propias de la gobernación, destacando Joaquín Bau Noya en la Comisión de Industria, Comercio y Abastos, y José María Pemán Pemartín en la Comisión de Cultura y Enseñanza. El “hermano” Nicolás Franco Bahamonde ocuparía la Secretaría General del Jefe del Estado.
Los tres primeros gobiernos de Franco
El 31 de enero de 1938 nace el primer gobierno de Franco vigente hasta el 24 de diciembre de 1938. El segundo, con un buen número de reajustes durante su mandato, comenzará a partir de esta fecha hasta el 20 de julio de 1945 formalizándose entonces el tercer gobierno activo hasta el 19 de julio de 1951. Junto a la obra ordinaria de gobierno se cimentará el andamiaje político del Nuevo Estado dictándose las llamadas “Leyes Fundamentales”.
Leyes Fundamentales
La primera de ellas, el Fuero del Trabajo, se promulga el 6 de marzo de 1938, oficializando el nacionalsindicalismo.
La segunda fue la Ley Constitutiva de las Cortes, de 17 de julio de 1942, mediante la cual se anuncia la participación del público a las tareas del Estado.
En tercer lugar, el Fuero de los Españoles, de 17 de julio de 1945, en un ambiente político cambiante, anuncia derechos y libertades para los ciudadanos.
Le sigue la cuarta Ley Fundamental, la Ley de Referendo Nacional de 22 de octubre de 1945, que permite al Jefe del Estado someter a consulta popular proyectos de ley.
La quinta y última es la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 18 de julio de 1947, que declara España un reino y un Estado católico; convierte en vitalicia la jefatura del Estado; crea el Consejo del Reino y otorga la prerrogativa al Jefe del Estado para proponer en su día a la persona a sucederle a título de rey o de regente (en el futuro se promulgará la Ley de Principios del Movimiento en 1958 y más adelante, en 1965, una nueva Ley de Referéndum Nacional).
Junto a ello y en lo tocante a los aspectos funcionales, se promulga el 30 de enero de 1938 la Ley de la Administración Central del Estado que sigue las orientaciones establecidas en la de primero de octubre de 1936. También la Ley de Prensa de 20 de abril de 1938, fijando contenidos y alcance de la censura y la propaganda.
Y luego, en el orden represivo, la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, ampliada con la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1 de marzo de 1940. Más adelante, se añadiría la Ley de Bandidaje y Terrorismo de 18 de abril de 1947 para combatir la acción de los “maquis”.
Y todo ello en un escenario en el cual se sucedieron varias etapas.
En la primera, de una fuerte fascistización; en la segunda, de un aislamiento asfixiante; y en la tercera, ya al finalizar la década, con atisbos de apertura dado el incipiente reconocimiento internacional.
Las respectivas vicisitudes las emprendieron primero la “familia falangista” como protagonista y acabada la Segunda Guerra Mundial la “familia nacionalcatólica” ésta además con añadidos posteriores opusdeístas.
El trasfondo cultural del primer ciclo bursátil del franquismo (1). Marco de referencia: la Bolsa
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