Entrevista al Hermano Pau Valls, monje de Montserrat y filósofo

Hablamos con el hermano Pau Valls, de la comunidad benedictina de Montserrat, que organiza L’Areòpag 3.0, las Jornadas de discernimiento en El Miracle, que del 3 al 5 de mayo llegan a la séptima edición, bajo el título “La muerte y el sentido de la vida”.

Germà Pau Valls

¿Qué es para usted la Iglesia?

Sobre todo, es mi Pueblo. Es el Pueblo de Cristo en marcha. Si sigo a Cristo, camino por esta vía con mis hermanos en la fe, que son mi familia.

¿Qué representa para usted vivir en una abadía mariana icónica?

Primero, que es de la Madre de Dios. Es muy importante este título que se le concedió en los primeros siglos del cristianismo… ¡a una mujer! Una persona absolutamente humana, no divina, pero la Madre de Dios. Es una cosa que solo se puede entender desde el cristianismo, por la fe.

¿Cómo ve usted el hecho de que sea la primera mujer de la Iglesia?

Cuando hoy se habla de la importancia de la mujer en la Iglesia no se le tiene suficiente consideración a este hecho. Si para todos los hijos es importante su madre, imaginemos qué ha de ser para Dios tener una Madre humana. Es inconmensurable, una revolución: no lo podemos entender. No digamos ya cuando el mismo Jesucristo le dice a uno que en Nazaret le avisa de que su Madre lo llama, y Él le afirma que su madre son aquellos que le siguen.

¿Qué ofrece Montserrat a una persona de la calle?

Montserrat es un lugar donde puedes hablar con una persona humana para que interceda delante de Dios, Nuestro Señor. Dios se abajó aceptando una muerte indigna en cualquier época. Se hizo humano para que todos podamos acceder a la divinidad, porque somos un solo cuerpo con Cristo. Y esto solo puede hacerlo posible una mujer: María. Por esto, aunque como no es Dios, no la adoramos, sí que la veneramos.

¿Cómo se vive la vida en una comunidad benedictina?

Se vive una vida de familia, de comunidad cristiana, de personas radicalmente comprometidas con el seguimiento de Jesucristo a través de su Madre. Casi siempre que podemos, cuando pasamos por delante del camarín de la Virgen por la mañana, cuando aún no hay nadie, y por la tarde, cuando ya no hay nadie, la veneramos. Vivimos al servicio de esto, de un santuario por el cual pasa mucha gente, tratando de poder ser para ellos intercesores ante la Madre de Dios. No es una imagen, sino una persona, una mujer.

¿Esta vida es más fácil o más difícil que la que se vive en la calle?

Yo diría que depende de cómo tú te la estés montando, es decir, con días buenos y malos. Es una cuestión de vida cotidiana. Mi experiencia es que, si tengo un mal día, al día siguiente renazco mucho más esperanzado que cuando vivía fuera.

¿Cómo es el día a día en el monasterio?

Un día de plegaria, de humildad y obediencia. El monje hace su camino radical para perfeccionarse, intentar estar con Dios. De aquí sale la lucha para la plegaria constante. Esto identifica la vida del monje. No siempre es posible, pero la voluntad siempre es esta.

Y esto, ¿para qué sirve?

De entrada, para ser mejor persona. Después, si puede ser, un buen cristiano justo.

¿Es este el motivo por el cual desde Montserrat se han creado las Jornadas de discernimiento en El Miracle?

Tratamos de favorecer el diálogo entre creyentes y no creyentes, vengan de donde vengan y tengan las ideas que tengan. Lo que importa es profundizar en unas temáticas que a todos nos ayuden a hacer camino, juntos. Como la comunidad de Montserrat gestiona el Santuario de El Miracle, nos ha parecido una buena cosa para acoger personas inquietas de espíritu joven.

¿Qué se podrá encontrar este año?

Iremos en busca de “La muerte y el sentido de la vida”, que es un desafío indudable a la razón y a la vivencia en una época en que la muerte se menosprecia y la vida se destruye.

¿Y no hay peleas?

A menudo los ánimos se calientan, pero una condición que todos respetamos es el respeto escrupuloso a las ideas del otro. No se trata de tener razón, sino de hacernos luz. Y ya hace siete ediciones que dura.

Programa de las jornadas aquí

 

Twitter: @jordimariada

Organiza L’Areòpag 3.0, las Jornadas de discernimiento en El Miracle, que del 3 al 5 de mayo llegan a la séptima edición, bajo el título: La muerte y el sentido de la vida Share on X

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